Es la primera vez que escribo para mi blog dentro de la ciudad a la que esta dedicado, Tijuana.
Este es un post triste, es la melancolía de volver al país que pensaste podías dejar atrás... y darte cuenta, que tal vez el mismo país te ha dejado a ti atrás.
En el baúl de los buenos recuerdos, en el baúl de las buenas chicas que perdimos, en el baúl de las que quisimos, pero aun así en un baúl que no estorbe a los que siguen transitando.
No recuerdo mis rutinas, no recordaba que un amigo fuera tan pálido, que mi cuarto fuera tan oscuro, que la vida fuera tan lenta y que los días pasaran tan rápidos.
Por el momento no sirve mi teléfono, así que no puedo recurrir a buscar amigos. Me da miedo buscarlos en sus casas, me da miedo interrumpirlos. Los que más quise los sigo queriendo, y estoy segura que tampoco en ellos han cambiado mucho los sentimientos, pero hay un silencio entre nosotros. Hay un silencio entre el norte y el sur, horas que se ganaron o se perdieron en el vuelo, momentos, segundos, días, estaciones entre aquí y allá.