lunes, febrero 14, 2005

Sublime.

Hay gotas del tiempo que nunca tocan el piso.
Se evaporan.
Impregnan, de ese sutil recuerdo, tu ropa.
Se adhieren a tus sábanas y a tu sonrisa.
Hay gotas del tiempo que se mezclan con lágrimas viejas.
O con sudor ajeno.
Se evaporan. Vuelven a rascar tus paredes.
Sublime día, sublime noche.
Con un diluvio de gotas de tiempo
que nunca más inundaran mi ciudad.

Capaz

Dice que soy todo el ruido que quiere escuchar. Todo el silencio por el cual quiere ser devorado. Dice que soy un mar profundo, lleno de vid...