Extraño el depa de Juan.
Ser parte de los niños perdidos y pedir hamburguesas.
Extraño el fugaz depa de Andrés.
Estar ahí y fantasear con las posibilidades de fiesta.
Extraño la cocina del tercer piso,
Las charlas hasta las 4 de la mañana.
Extraño el cafecito de la alianza francesa.
Era simplemente hermoso y tranquilo… y estúpidamente caro.
Extraño esa mesita que estaba cerca de la ventana, en la que conocí a Gerald,
Y todas las conversaciones que se tuvieron ahí.
Extraño la camita de Juan el rebelde.
En la que tomaba mi siesta mientras que Skippy estudiaba.
Extraño mi sillón.
Mi hermoso sillón azul.