sábado, julio 12, 2008

Dos para Doñilandia a las 3:00 p.m.

(3:10)
¡Tuut! ¡Tuut!
el trenecito para Doñilandia se va...

¡Tuut! ¡Tuut!
¡Esperen! ¡Esperen! - gritan ellas
El trenecito decorado al buen estilo mexicano, con conductor ebrio y todo. La mejor pintura en tonos de rojo y azul con un splash de chispas plateadas y doradas para agregarle un no-sé-cua, los tubos desgastados por la cantidad de futuras doñas que de ellos se ha agarrado... (y agarrar es la palabra correcta, porque las antiguas manos de señorita de sociedad con el tiempo han sido alteradas en las muchas peleas por sandías o melones de los martes de plaza).

¡Tuut! ¡Tuut!
El conductor está acostumbrado a las que llegan tarde, no hay buena futura doña que no olvide la hora de salida o (mejor aun) que la ignore completamente por darse otra pasadita de labial o de sombrita azul para sus ojitos negros.

¡Tuut! ¡Tuut!
¡Suban señoritas! - Les coquetea el conductor; Sabiendo lo inútil de su acción, pues toda futura doñita antes de tan siquiera pensar en subir al trenecito ha entregado su corazón a algún afortunado futuro Don.

¡Tuut! ¡Tuut!
A esta aventura no se embarca cualquiera.
Con sandwiches en sus bolsas y unos cacahuates para el viaje,
las dos amigas se acomodan en la última fila libre del trenecito.
Felices y nerviosas, esperando lo que sigue.

¡Tuut! ¡Tuut!
¡Aaaamonos! - Grita triunfante el conductor.

Capaz

Dice que soy todo el ruido que quiere escuchar. Todo el silencio por el cual quiere ser devorado. Dice que soy un mar profundo, lleno de vid...