Tráeme muchas mañanas de café y muffins,
noches de jamón serrano, cheddar y espresso
tardes lentas y coquetas de sol y pensamientos.
Tráeme suficientes palabras como para formar un libro,
y la pericia necesaria para saberlas acomodar en su lugar.
Tráeme tiempo y paciencia,
la habilidad para ser práctica,
y cupones que me liberen de llorar.
Tráeme la fuerza, que siento, me falta.
Por favor.