Si querías arte, querida, me tenías que tratar mal.
Yo sólo escribo para las que me duelen,
las que en verdad extraño, las que me hicieron sentir que moría por besar.
Si querías arte, cariño, me tenías que engañar.
Yo sólo escribo para las que me anularon,
para las que me olvidaron, para las que nunca me dejaron entrar.
Si querías arte, si querías palabras, la técnica era otra.
Tú estás demasiado, inspiras poco;
para qué verte si te tengo aquí.