De mi mano salen catapultados los ratones de tela,
Rojo, Azul, Morado.
Uno a uno el gato los atrapa, los mata destreza y los olvida.
Nuestro juego es el asesinato actuado.
Sangre imaginaria se escurre por su hocico.
Nuestro juego es el milagro del ratón resucitado.
Rojo, Azul y Morado corren, de nuevo, en pánico.