Nunca faltaron manos delicadas que me maquillaran,
vestidos prestados, halagos.
Momentos de peinarnos mientras tomábamos cerveza
y repasábamos los planes para la fiesta.
vestidos prestados, halagos.
Momentos de peinarnos mientras tomábamos cerveza
y repasábamos los planes para la fiesta.
Siempre tuve mujeres que me enseñaron
a contar mis historias
con menos interrogativas
y más signos de exclamación.
Mujeres que revisaron mis escritos,
y me enseñaron a tejer.
Mujeres que me mandaban cartas
llenas de brillantina y stickers.
Las que lloraron a mi lado,
las que me apapacharon cuando no supe llorar.
Nunca peleamos por un hombre,
nunca algo tan cotidiano
interrumpió aquello mágico.
Me acompañaron en el embarazo,
abrazando mi cuerpo cansado.
Y aunque yo no tuve hermanas,
mi hijo tiene tías.
Y de ellas, el pequeño aprenderá
más formas de leer, reír, bordar,
de escuchar y contar aventuras.
De ellas yo seguiré entendiendo otras formas de amar.
Y él me observará querida y cuidada,
tranquila, sonriente.
Acompañada.
tranquila, sonriente.
Acompañada.
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