Ayer fue muy raro... en la mañana me ocurrieron algunas cosas que me awitaron mucho y me hicieron estar en un mood muy raro las horas restantes del maldito día:
después de la facultad (en donde ocurrieron las cosas)
4:00-> llegué a mi casa y me encontré con Oscar (19 años, según el malo, siempre de negro) me fui a caminar con él para sacar un poco la tristeza, nos compramos unas papas de queso (típica de tratar de desahogarte con comida).
5:30-> Salí con Sebastián (30 años según el comunicólogo) a comprar un alfajor (galleta, cajeta, galleta, cajeta, galleta, y cubierta de chocolate)... típica de tratar de desahogarte con MAS comida.
6:00-> Pancho (argentino, 21 años, buena persona) me acompañó a lavar mi ropa a mano.... digo a ver si servía de algo el congelar mis manos.
6:30-> Fui al GYM con Natalia (chica rara pero super buen pedo)... no tan típica mía de desahogarme con ejercicio.
8:00-> Comí con Samia un poco de arroz con brócoli y carne. (más comida)
10:00-> Me encontré con Pancho nos tomamos un mate, fumamos un cigarrillo (raro en mi tratar de desahogarme con un cigarro) y platicamos.
12:30-> Me quedé platicando con Pablo, Juan Pedro y Gummer (tres chicos amables informático, matemático e ingeniero respectivamente) hasta como las 2:30.
2:30 ->Me quedé platicando con Samia hasta las 3:30....
Después de todo esto sólo llegué a dos conclusiones:
1.Hay cosas que por más que se piensen no se pueden cambiar, sentimientos que por más que se quieran olvidar no se puede.
2.Me encanta vivir en esa casa.