Todos los días despierto sabiendo que dormiré feliz. Lunes y Martes son días que pasan porque tiene que pasar.
Pero luego llega el miércoles, y aunque falta, falta menos.
Jueves y una sonrisa distinta entra en mi boca. Pronto será fin de semana. Los 3 mejores días de la semana.
El viernes es sublime. No se puede fallar, es casi como volver a la primaria; esa sensación de que pronto, muy pronto seré completa y absolutamente feliz. El viernes se duerme como ningún otro día...
...bueno, aunque el viernes no se puede comparar con el sábado.
El sábado es Él día. MI DÍA. El día que opaca a cualquier otro, el día por el cual despierto toda la semana. El día en que no paro de sonreír... el único día que si parece tener 24 horas, horas impresionantes y llenas de todo, el sábado agradezco que vivo, que vivo aquí y ahora.
Los domingos, son tristes. Un sábado ha terminado y pronto será lunes. Aparte los domingos tienden a empezar a las 6 de la tarde... así que terminan muy rápido. Son familiares, son tranquilos, y serían perfectos si fueran eternos.
Pero el lunes y el martes tiene que llegar, para que todos los demás días vuelvan a tener su valor. Y aun si los lunes y los martes no son los mejores, siempre tienen una o dos horas que me dejan impresionada.