En tus ojos había antes, pequeños momentos espectaculares;
ahora hay pupulas, tintes y lágrimas.
En tu piel, había caminos, trayectorias para llegar a morir feliz;
y ahora es piel, piel normal e irrelevante.
En tu voz antes había canciones de nuestro pasado
que arrullaban a nuestros hijos,
y ahora hablas con furia, con calificativos humillantes.
Ahora, ahora, ahora no se a dónde ir.