Pediría luz perfecta, siempre.
Saber cinco veces más palabras.
Pediría tres pastillas perfectas,
ninguna de las tres para mí.
Pediría el tiempo y la calma para ver dos películas a la semana.
La velocidad para leer un libro cada 6 o 7 días;
Una biblioteca con todos los libros que debería leer.
Pediría acrílicos y acuarelas, mucho papel, también.
Cupones para cincuenta pijamadas
y vales para cien cenas acompañadas.
Tres boletos redondos de avión, dos de autobús y cuatro de tren.
Tenis cómodos y una maleta nueva.
Saber cinco veces más palabras.
Pediría tres pastillas perfectas,
ninguna de las tres para mí.
Pediría el tiempo y la calma para ver dos películas a la semana.
La velocidad para leer un libro cada 6 o 7 días;
Una biblioteca con todos los libros que debería leer.
Pediría acrílicos y acuarelas, mucho papel, también.
Cupones para cincuenta pijamadas
y vales para cien cenas acompañadas.
Tres boletos redondos de avión, dos de autobús y cuatro de tren.
Tenis cómodos y una maleta nueva.
Todo eso y nada más, pediría; si Santa fuera real y si yo me hubiera portado bien.