Estás hablando de mí, lo sé.
No podría decir si hablas mal o hablas bien…
Supongo, depende de que tan ¨correcto¨ sea el que escucha.
Pero hablas de mí y hablas de mí casi todos tus días, lo sé.
Mis brazos son cortos, pero mi rango de alcance es increíblemente amplio…
Puedo acariciar tu corazón, puedo toquetear a tu alma,
Puedo, si quiero, aplastarte poquito el ego.
Tú decides, tú das pie. Cada palabra es un centímetro más…
Sigue hablando o, de una vez, calla.