Gran Quilombo
de Amaranta Guevara
viernes, septiembre 12, 2014
Y así es.
El ayer yace en un lago de su propia sangre, el ahora come desesperado sus vísceras; nunca alguien más hambriento. Cesos de un rosa delicado decoran los muebles.
El mañana entra, escopeta en mano.
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