Soy
ojos que aman la luz de la madrugada,
una nariz que adora la toronja.
ojos que aman la luz de la madrugada,
una nariz que adora la toronja.
Lengua para lamer,
lengua para besar,
lengua para hablar de más.
Uñas que no logran mantenerse pintadas,
pies que chocan con orillitas de camas.
Orejas perforadas.
Cejas: primero pobladas,
luego dispersas.
Cejas raras.
Cabello esponjoso
que se despierta feliz.
Soy
un cuello cansado,
una espalda que necesita masaje,
un culo que se me olvida apreciar,
pero que ahí está.
Soy brazos que cargan un hijo,
y piernas que me llevan a correr.
Soy manos que hacen pasta,
manos que escriben esto,
manos que quieren acariciar.
Soy recuerdos de amigos, sonriendo.
El eco de muchísimos consejos.
La memoria de tantas conversaciones.
Una mente que aún escucha voces
de personas que hace tiempo se fueron.
Soy el tiempo que paso viendo la pared,
pensando en lo que viene,
en lo que haré,
en lo que vivo.
Soy las sonrisas perdidas
que le regalo a la nada,
cuando pienso en mi vida.