Con pocas personas se puede uno sentir que logra envejecer. Hoy Jesús cumple 22 años, lo conocí a los 15 (yo era una nena de 14).
Creo que con Jesús he logrado envejecer.
Él ha sido parte de los momentos importantes/estupidos de mi juventud. Me ayudó a tener confianza cuando aprendía a manejar.
Me enseñó a fumar (aunque me tenía que volver a enseñar cada que lo hacía, porque se me olvidaba).
Jesús y yo aprendimos a tomar juntos. Nuestras primeras pedas fueron como experimentos científicos.
Íbamos tomando juntos, según para ver los efectos; pero éramos unos pendejos y tomábamos muy rápido, aparte como teníamos que servirnos juntos (regla del experimento) realmente nos apurábamos más.
Así que el experimento terminaba cuando alguno de los dos estaba bailando en medio de un grupo y el otro/a estaba tirando/a en el piso.
Con Jesús pasé unas vacaciones en España. Y creo que esos fueron los mejores 10 días que he pasado con un amigo. Una de nuestro grupo fue robada por gitanos, nos la pasábamos ebrios en un bar de mala muerte y tuvimos un día en el que la pasamos dando vueltas por Madrid en un Turibus.
No solo han sido momentos felices, pero aun cuando hemos estado deshechos creo que aun nos hemos logrado hacer sonreír.
Tenemos tantos recuerdos, y lo mejor es que seguimos haciendo un más. Nos vemos poco, pero creo que siempre que nos vemos nos ponemos de buen humor y nos reímos de todo lo que vivimos separados.
Lo quiero mucho, y sé que él me quiere a mí.
Para mi Jesús, feliz cumpleaños. Te veo en la noche para otra peda y para contarte mi nuevo monologo. Besos.