Tal vez, empezó cuando mi pediatra notó que yo con tan solo comer un tercio de lo que me era necesario, engordaba lo mismo que cualquier otro bebé. Y lo único que se le ocurrió decir fue: van a tener que cuidar mucho a esta chica porque va a sufrir problemas de peso.
O tal vez, empezó cuando por estúpida casualidad me hice amiga a los 7 años de dos chicas que crecerían a ser tallas 00 y 2 a los 17 años. Lo cual significaba que en tercero de primaria eran palitos amigables de carne. Así que mientras ellas se preocupaban por atascarse lo más que podían de pizza... la pequeña Amaranta calculaba las calorías consumidas y gastadas en su cabeza.
Recuerdo claramente que desde los 9 años veía cuantas calorías tenían mis dulces y chocolates favoritos, y recuerdo que desde esa edad a veces me daba asco mi cuerpo.
Luego vino la pubertad (Dios sabe que eso no ayudó mucho!)
En la preparatoria no contaba caloría... tristemente empecé a contar comidas... tener 3 comidas al día era lamentable, un error.Algunas veces llegue a vomitar porque me daba tanto asco haber comido. Y por un periodo, en el que mi madre viajaba mucho, empecé a dejar de comer.
Desayunaba una galleta y comia/cenaba una ensalada o una fruta. Me sentía de lo mejor y baje de peso. Por primera vez (y creo tal vez la única ) en mi vida me sentí en control de mi estomago y de mi cuerpo.
Pero esos tiempos gracias a mi mejor amiga de la prepa pasaron (me vigilaba todos los días de que hubiera desayunado, comiera y cenara). Comencé a darme cuenta que aun así podía no estar gorda...
... lamentablemente desde esos tiempos no he tenido una etapa que pueda decir tranquila en cuestiones de preocuparme o no por las calorías... creo que en Uruguay estuve bien, porque hacia deporte no comía MUCHO. Perdí un poco de peso y hasta me sentía atractiva (algo que llevaba tiempo sin hacer)...
...asi que pues como puedes notar Lorena, el problema de las calorias lleva su tiempo dentro de mi...Supongo que para toda mi vida, ese pequeño enunciado de mi pediatra me va a seguir...
pero creo que por el momento, he llegado una paz entre el problema y yo. me preocuparé por las calorias, pero también cuidaré qué tanto me preocupo. no he dejado el problema a un lado, sino he aprendido a vivir con él...
jajajajaj (ese final suena como de true hollywood story)