Un día malo, un día horrible, un día de los peores, un día perfecto para que ese ciclón que me trajo a la vida me llevara de nuevo, un día lento, un día triste, un día de desesperación, de amargura, de pequeñas lagrimas en los ojos y en las mangas de mi blusa, un día con manos que temblaban, un día para ver Amelie... un día para ver Amelie y tan solo llorar.
Un día que se salvó gracias a un chocolate caliente grande con crema batida.
Un día que se salvó completamente.