caloooooor

Hace mucho calor como para escribir.
También hace mucho calor como para leer de Kierkegaard, pero eso es distinto, es tarea.
Hace mucho calor para intentar empezar el proyecto de tesis.
Mucho calor… mucho, de ese calor pegajoso con olor a humano.
Bueno, no hace tanto calor como en monterrey, pero para mi es suficiente calor como para tardar años haciendo UN maldito escrito…
Hace calor.. y Ya-ya no puede oler nada por estar enferma… lo cual es bueno, porque si no tendría que oler el tufo a culo de monkey caluroso que anda por aquí.

La prepa fue distinta... porque comíamos pasto.

Ah si.. comer hamburguesas en el pastito, a veces comer pasto, todos los viernes al café, muchos días de pedas, los campamentos, los juegos de basket y los entrenamientos de fútbol. El colibrí satánico. Las portadas de Pato. Comer hamburguesas, am! Am!... las comidas en casa de Lucía. Los semestres que viví en casa de Pato. Los trabajos de física.
El alcohol, el alcohol, el alcohol. Jesús. Mi Jesús que se quedaba conmigo en las tardes y no hacíamos nada más que comer hamburguesas y a veces pasto, y rodar por la colinita, y reírnos, y ser atacados por el colibrí satánico. Ji ji ji. Y luego, nos burlábamos de los chicos de la universidad… y hasta hoy, por fin… los comprendo.

tut tut tut.

Hay días que pienso que no hay más, no se por qué soy esta niña apocalíptica...
Me desespero y lloro y quiero hacerme transparente como un niño de un cuento que leía cuando era chica.

Pero pronto,
 Diana mi invita un café eterno del Californias.O Mi hermano me prepara una mega comida sin que yo lo haya pedido o ganado.
O Pato me escribe un mensajito buscándome y regañándome por no estar.
O Rosibu me escribe algo que empieza con “Amabu!!” y me hace reir.
O Jesús me deja un mensaje en mi blog, o Lucía lo hace, o Diego.
O Daniel me pide hablar un rato.
O Mariana y Cesar entran felices al depa y empiezan a contarme cosas.
O Pablo llega como a mi depa muy casualmente después de estar meses desaparecido.
O Armando hace algo que Armando haría
O me entero que llevaré una clase con Lorena.
O el Wisho me dice que me extraña.
O Leonardo reaparece en mi vida.
O algo distinto, algo casual, algo tranquilo y pequeño pero aun así fantástico pasa.
Y las cosas cambian, me doy cuenta y dejo de pensar estupideces.

mi mejor amigo.

Nos vemos solo una, o dos, o tres veces al año. Y nos sentamos a tratar de condensar nuestras vidas.
Nos sentamos frente a un vino, algo de té, o 20 cervezas. Y hablamos tranquilamente, y resumimos nuestros amores, y nuestros odios, y cosas tristes y cosas chistosas, lo que hicimos lo que no hicimos y todo lo demás... pero el resumen no importa.
Igual podríamos estar 5 horas callados viendo el mar, o el cielo, o las lucecitas de Ensenada.
Igual podríamos no tratar de recapitular el pasado y en vez ponernos a inventar un futuro.
O imaginar historias de personajes que no existen.
O ver una película en completo silencio.
O tomarnos fotos para algún proyecto de nuestra escuela.
Podríamos hacer cualquier cosa.
porque él es distinto.

A su lado el pasado, al futuro, las otras personas, el mar, las aves, el cielo, la película y todas las lucecitas de Ensenada, se ven tan lejanas como en realidad lo están...
y lo único que esta cerca y existe y me hace sonreír; es él.

Por eso nos vemos solo una, o dos o tres veces al año, porque algo así de simple y hermoso se debe dejar para días especiales.

Estoy aburrida.... muuuuy aburrida.

No, sé. Esto siempre ocurre en verano... supongo que no soy la chica más activa del mundo, y para cuando ya faltan unos cuantos días para entrar a clases me desespero... y quiero hacerlo todo y termino haciendo no mucho.

Ahora estoy también en un tipo de crisis. Es mi ultimo año de estudios... y supongo que los que me conocen (excepto aquellos que me conocieron en Uruguay) saben que me gusta mucho la escuela.
Siempre ha sido así, para mi la escuela era la manera más fácil de escapar de casa, un buen medio para conocer personas raras, comer molletes y decir estupideces.

Pero son mis últimos semestres y no sólo eso, ahora mi horario de clases no se ve tan productivo... y empezaré a ser uno de esos estudiantes de ultimo año que ves una vez por semana, que se van haciendo transparentes mientras van cruzando hacia el otro mundo...

No sé por qué tengo esta crisis... desde que llegué a Tijuana solo había tenido una meta: terminar lo antes posible mi carrera... y si bien logré alargar el tiempo con mi intercambio, lo antes posible se acerca, y nunca había tenido este sentimiento, es un pánico tranquilo y una nostalgia ácida.

Ah... aparte, en septiembre cumplo 23!!! Y 23 ya se redondea a 25....