Nos vemos solo una, o dos, o tres veces al año. Y nos sentamos a tratar de condensar nuestras vidas.
Nos sentamos frente a un vino, algo de té, o 20 cervezas. Y hablamos tranquilamente, y resumimos nuestros amores, y nuestros odios, y cosas tristes y cosas chistosas, lo que hicimos lo que no hicimos y todo lo demás... pero el resumen no importa.
Igual podríamos estar 5 horas callados viendo el mar, o el cielo, o las lucecitas de Ensenada.
Igual podríamos no tratar de recapitular el pasado y en vez ponernos a inventar un futuro.
O imaginar historias de personajes que no existen.
O ver una película en completo silencio.
O tomarnos fotos para algún proyecto de nuestra escuela.
Podríamos hacer cualquier cosa.
porque él es distinto.
Nos sentamos frente a un vino, algo de té, o 20 cervezas. Y hablamos tranquilamente, y resumimos nuestros amores, y nuestros odios, y cosas tristes y cosas chistosas, lo que hicimos lo que no hicimos y todo lo demás... pero el resumen no importa.
Igual podríamos estar 5 horas callados viendo el mar, o el cielo, o las lucecitas de Ensenada.
Igual podríamos no tratar de recapitular el pasado y en vez ponernos a inventar un futuro.
O imaginar historias de personajes que no existen.
O ver una película en completo silencio.
O tomarnos fotos para algún proyecto de nuestra escuela.
Podríamos hacer cualquier cosa.
porque él es distinto.
A su lado el pasado, al futuro, las otras personas, el mar, las aves, el cielo, la película y todas las lucecitas de Ensenada, se ven tan lejanas como en realidad lo están...
y lo único que esta cerca y existe y me hace sonreír; es él.
y lo único que esta cerca y existe y me hace sonreír; es él.
Por eso nos vemos solo una, o dos o tres veces al año, porque algo así de simple y hermoso se debe dejar para días especiales.