la tinta de mis brazos sigue escurriéndose por esa cama.
se resbala sobre los tejidos de algodón y poliéster,
sigue un camino cansado, no ha sabido coagular,
se escapa entre las fibras buscando algún día poder parar.
Dice que soy todo el ruido que quiere escuchar. Todo el silencio por el cual quiere ser devorado. Dice que soy un mar profundo, lleno de vid...