martes, octubre 28, 2008

vocabulario para un martes sin chocolate.

El tiempo se suda tranquilo aun cuando uno ni siquiera advierte la temperatura; Se escurre por la espalda, dejando pocas señales de por ahí haberse deslizado.

El miedo, mientras pasan los días, se va entretejiendo hasta formar una colcha larga y relativamente pasiva, la única que algunas noches nos mantiene cálidos.

El espacio, nunca importa; se deja, se toma, se olvida, se borra, se invade, se conquista, se muerde, se explota. Se hace todo con él, y luego uno lo bota.

La soledad es linda, uno se sienta a escribir novelas llenas de perlas y encaje, se dibujan bebés de algodón y casas de azúcar. La soledad trae consigo la brisa, la neblina, el viento y la lluvia.

… pero la esperanza, esas sí que es molesta; Se va arrancando poco a poco de los nervios, dejando atrás residuos de pegamento, llevándose con ella tejidos y recuerdos, nada queda intacto (como cuando uno, frustrado, intenta remover el precio a un regalo).

Aquí

Hace tiempo me prometió olvidarme.   Pero aquí estoy. Desnuda frente a su psicoanalista.   Empieza a ser incómodo, my love.   ¿Qué dirán las...