Sueño que sigue aquí, con ese dolor chillante que me eriza la piel.
Sueño que sus palabras son indestructibles, como en realidad si lo son.
Esa sombra que es su recuerdo, no es más una sombra sino un dragón de miedos que busca calcinarme.
Sueño que no lo puedo alejar. Como en realidad no puedo.
Sueño que lo odio, sueño que no hay como impedirlo. Sueño que temo que por siempre lo llevaré marcado.
Sueño que él esta bien y yo no. Y no lo creo justo.
Sueño que nunca seré libre, y nunca será razonable, y nunca podré soñar más.
Dentro de mi algo no se saber recuperar, una piedra muchas veces pulida, una imagen ya muy gastada. Algo se perdió… y ese sueño me lo recuerda.
Sueño con todo aquello que duele, y despierto a mi mundo feliz.
(De aquí a otro sueño habrán 18 horas de paz)