Lagrimitas, lagrimitas; y tal vez, suficientes lagrimitas harán una novela.
Lagrimitas de tinta negra o rimel,
por un amor perdido o por cuerpos fríos encontrados.
Lagrimitas con letritas escondidas, diminutas, absorbibles;
que recorren mi cara y forman un laguito a mis pies.
Lagrimitas frustradas que sienten no llegar a nada.
Tal vez, con un número adecuado se inicie una revolución;
un cambio en mi dialecto, las frases adecuadas,
toques impulsivos de genialidad.
Lagrimitas, lagrimitas tristes de nena,
de inmadura e inadecuada.
Lagrimitas pequeñas como yo.