Tú me debías hallar;
Cual huevo teñido en pascua.
Me debías ver desde lejos y reconocer.
Debías meditar si yo querría saber de ti,
Decidir que mis querencias no te importaban más que tus deseos.
Caminar, caminar, caminar;
Decir “hola” y nunca dejarme ir.
Esperé
Esperé un final feliz…
Pero…
No.