Algunos días el corazón se te congela y no hay mucho más qué hacer.
Esperar.
Un milagrito cálido o a que simplemente el tiempo pase.
Algunos días el corazón se esconde.
Se acurruca entre los pulmones y cierra los ojos.
Espera nunca ser encontrado y dormir por siempre (o por lo que siempre signifique para él).
Algunos días el corazón olvida todas sus palabras, olvida todos los sonidos.
Algunos días el corazón olvida todo y vuelve a ser sólo un músculo regado de sangre.