Que la calma fuera jarabe; pero no la calma falsa, la de verdad.
La que te hace comprender la vida y a sus personajes.
Que la sabiduría fuera más práctica, más fácil de encontrar.
Que la calma fuera jarabe. Esa calma dulce de poder estar.
Esa calma hermosa de saberme amada y dormir en paz.