Los días pasan lentos, así como se escapa el agua por la fuga en el lavabo.
Entre mi estrés, los papeles sellados, los amigos no vistos; los días son lerdos.
Las pesadillas vigilan las noches, mientras los pensamientos aturden los desde la mañana.
Uno tras otro, perezosos, avanzan en un desfile que parece infinito…
Y yo, esperando la conclusión de este torpe recorrido.