En la cocina, la mantequilla se escurre entre las manos;
convirtiendo a los dedos en tentáculos resbaladizos.
La sal ahuyenta a los malos espíritus y a las papas insípidas.
Los animales son bienvenidos cuando llegan en trocitos o en rodajas;
sí están en forma de mascota, mejor que se vayan.
En la cocina, paso parte de mis días.
Catalogando proteínas, cuidando lácteos,
Transformando verduras irregulares en cubitos armónicos,
Convirtiendo la pasta en posibles recuerdos,
Sirviendo en platos blancos cartas de amor sazonadas con pimienta.