lunes, octubre 18, 2010

Mi vida para uno.

Solía cantar sobre mis planes,
bailar en fiestas imaginarias,
responder preguntas que nadie hacía
y arrullar a los bebés que en 8 años tendré.

Solía platicar con fantasmas,
pasar la noche hablando con amigos no presentes,
escribir cartas que no pensaba mandar
y ensayar expresiones de sorpresa frente al espejo.

Solía besar el aire y sonreír,
vestirme especial para fascinarle al sillón,
maquillarme para que las ventanas me vieran bonita
y desnudarme, frente a las paredes frías, para calentarlas.

Mi vida solitaria estaba llena de actividades.
Mi vida calladita nunca fue aburrida.
Mi vida para uno, no era trágica.
Mi vida era hermosa.