Perdida en pensamientos, imaginando mi piel siendo cortada;
Esta vez era el hombro, vidrio incrustado en él; un caramelo, nada dulce, que se fue contra mi cuerpo.
Sangre roja y alarmada, pero yo no lo siento, soy la persona calma que siempre he querido ser.
En el hospital, un hilo entrando y saliendo de mí; la carne resistiendo todo tipo de abuso.
Lo blanco del cuarto, mi epidermis unida, un hombre toma mi mano y promete que todo estará bien…
…
Una ambulancia pasa a mi lado, dentro de ella alguien muere o no; el gato de Schrödinger.
La posible muerte o vida del pasajero me despierta.
Mi hombro sigue sin cicatrices, sin hilos, sin vidrio. Nada de mí sangra y nadie toma mi mano.
Llego al trabajo.
Esta vez era el hombro, vidrio incrustado en él; un caramelo, nada dulce, que se fue contra mi cuerpo.
Sangre roja y alarmada, pero yo no lo siento, soy la persona calma que siempre he querido ser.
En el hospital, un hilo entrando y saliendo de mí; la carne resistiendo todo tipo de abuso.
Lo blanco del cuarto, mi epidermis unida, un hombre toma mi mano y promete que todo estará bien…
…
Una ambulancia pasa a mi lado, dentro de ella alguien muere o no; el gato de Schrödinger.
La posible muerte o vida del pasajero me despierta.
Mi hombro sigue sin cicatrices, sin hilos, sin vidrio. Nada de mí sangra y nadie toma mi mano.
Llego al trabajo.