lunes, marzo 01, 2010

El músico.

Estuvo a punto de escribirme una canción,
una de esas canciones que hace para olvidar mujeres
y ganar poquita fama en el bar.

Estuvo a momentos, de tomar su guitarra vieja (y fea),
y convertirme en hojas llena de rayones y enunciados melosos.
Me iba a escribir como una mujer perdida,
la que se escapó por cuestiones del destino.
Editando de su memoria que me fui porque yo quería irme;
ya no soportaba más de nuestros días juntos.

La melodía jugaba con su cabello,
los sentimientos se le inflamaban, las palabras daban vueltas...
la idea genial (sarcasmo) de agregar mis frases de despedida:
Te adoro, te quiero, te amo, nunca te pienso olvidar
(mentira, mentira, mentira, y ya casi lo logro).
Nunca nadie como tú (espero).

Me fui, feliz. Se quedó en su charquito de pasión y pretextos.
Me iba a escribir una canción, pero no lo hizo...
porque todavía no está listo.

Detox

Por mi parte, será detox, vomitar primero tus brazos.   Los extrañaré, pero necesito que estén afuera.   Luego tus piernas, tu torso, tu bob...