miércoles, marzo 10, 2010

Vida.

Es extraño que te encontré aquí;
donde por ninguna razón te habría buscado.
Tu cabello correcto, tus piernas un fuertes.

Es maravilloso que atrapada en una caja de cartón,
entre los papeles legales y las garantías vencidas,
te descubrí (a la tú que recuerdo).

Una fantástica fotografía de un día salado, tierno y ruidoso.
El sol atacando a la cámara, el mar congelado en una eterna ola espumosa.
Tu piel a cuatro horas de una necesidad urgente de aloe.

Un manantial de llanto lo encharcó todo:
Los archivos, las firmas, las grapas, tu cara, tu boca.
La sal de mis lágrimas se unió con la sal en tu cabello.

Volviste a enfermar, como si no hubieras ya enfermado;
perdiste un kilo tras otro, tu piel dejaba de ser dorada, tu dolor.
Tomaste otra vez mi mano y otra vez un te quiero. Te perdí de nuevo.

Detox

Por mi parte, será detox, vomitar primero tus brazos.   Los extrañaré, pero necesito que estén afuera.   Luego tus piernas, tu torso, tu bob...