Mi padre; cámaras antiguas en el cuarto olvidado, colecciones empolvadas.
Mi madre; pequeñas imágenes religiosas acomodadas casualmente sobre buró
Yo soy la hija que nació consumida en llanto y hasta los 3 días calló;
Para luego empezar un reinado de silencio.
Yo debía ser el dos de tres, la hija del medio;
Pero el otro atrevido nunca vino a casa, quedé siendo la menor.
Me pregunto sobre él, sobre el papel que habría jugado en nuestro hogar,
Sobre si siempre fue el comentario que faltaba, la porción de comida que sobraba en el sartén.
Mi padre; una cantina en la casa llena de juguetitos de plomo.
Mi madre; abecedarios bordados decorando las paredes.
Un abuelo era la foto a blanco y negro
El otro, una llamada de larga distancia.
Y los dos nos dejaron a resolver en paz nuestros problemas.
Mi padre, mi madre,
Mi hermano que si existe y que no quiero describir,
Mi hermano que nunca nació
Y yo.
Un conjuntito perfecto.