Quisiera que fuera como en la infancia; Cuando después de un golpe, mientras aguantaba las lágrimas para no parece un bebé frente mis amigos, algún niño cruel empezaba a cantarme “quiere llorar y no puede, quiere llorar y no puede, quiere llorar y no puede…”
Si había llegado al punto de controlar mi llanto, eso me hacía perder la calma. Corría a casa para llorar.
Quisiera que ese niño (u otro, no importa) se asomara por algún lugar para cantar “Quiere escribir y no puede, quiere escribir y no puede, quiere escribir y no puede…” Y que lograra así que escurrieran novelas de mis manos.