domingo, mayo 01, 2011

Carta para todos, carta para nadie.

Sobre estos nuevos días.

Vivo pegada a mi Lolita (la cámara que mi madre me regaló en mi cumpleaños), va para todos lados; porque hobbies o trabajo, ella y yo queremos guardarlo todo. No tengo mucho dinero, lo que no puedo comprar lo fotografío, así que tengo una colección variada de cientos de cosas deseadas.

Ya casi no lloro. En realidad me es difícil hacerlo; supongo que lloré suficiente el año pasado. A veces es frustrante, el momento perfecto para derramar unas decenas de lágrimas saladas y nada; pero supongo que siempre es mejor no poder llorar a vivir en una acuosa constante.

Mis días los transito en medios públicos o raites. Siempre perdida,  contemplando este, aparentemente infinito, paisaje urbano o pérdida en algún libro. Aprendí que sí entiendo la poesía en inglés, el truco es que debo leerla en voz alta. Así que ahí voy, en la ventanita del camión narrándome los versos de James Joyce, esperando que la persona a mi lado me piense una loca y me deje ser.

Camino mucho, leo mucho, escribo y pienso mucho, efectos secundarios de no tener carro y haber aceptado la realidad de esta ciudad: uno va a tardar mucho en llegar a donde quiere ir. No sirve de estrés, es mejor encontrar algo que hacer en el camino. Divagar mientras el tiempo lo permita.

Como bien por lo general y me permito mucha chatarra cuando creo que ya es necesaria. Esta ciudad está llena de antojos, claro que hasta ahora no han sido fritangas las dueñas de mi corazón, sino la fruta. Es barata y hay variedades de muchos lugares de la república; hace algunos días medio kilo de ciruelas amarillas, generó la cena y el desayuno perfecto.

Soy feliz. Empecé una colección de videos sobre diminutas cosas que amo del mundo (Videos calladitos), inicié un proyecto, con amigos, para asegurarme de escribir todas las semanas (Palabras domingueras). Trabajo de lunes a viernes, uno que otro domingo y algunos sábado. Casi segura que algún lunes empezaré a hacer ejercicio y tengo 7 novelas que quiero terminar.

Esos son mis días. Mi vida. 
¿Qué es de la tuya?

Capaz

Dice que soy todo el ruido que quiere escuchar. Todo el silencio por el cual quiere ser devorado. Dice que soy un mar profundo, lleno de vid...