El anillo que no existe en la mano que no deja de moverse.
El anillo que posiblemente nunca existirá.
Esa línea delicada que se besa constantemente.
Ese frío metal que acaricia piel tibia.
Ese pedacito de joyería sin relleno,
Ese tenue acento.
Siempre ausente.
Siempre faltante en esa mano que no puede dejar de moverse.