Algún día conocerá mujeres u hombres, que le romperán el corazón.
Una tarde (o mañana) su rodilla sangrará porque habrá caído de su bicicleta,
sus patines o de algún árbol; y yo lo abrazaré, calmaré su llanto,
limpiaré la herida y lo haré sonreír.
Estampará la puerta de su cuarto, cansado de escuchar;
Estaré lista con el discurso perfecto para hacerle ver sus errores.
Algún día le contestaré "pregúntale a tu padre"
y me salvaré de tomar una fuerte decisión;
o escucharé a lo lejos al padre diciendo
"pregúntale a tu madre".
Le haré tortas de banana mientras le narraré sobre el primer día en que yo las probé.
Cocinaré lasaña para festejar sus pequeños logros,
y le llevaré pasteles a su escuela en sus cumpleaños.
Algún día me verá a los ojos y dirá "Te odio"
y aunque sabré que no lo dice en serio, por la noche, en mi cama, lloraré.
Algún día besaré su cabello mientras duerme
y le pediré al universo no dejarme lastimarlo.
Preparará desayunos secretos y ruidosos en los días especiales
nos adornará con collares de pasta, regalos de yeso pintado.
Llevará por siempre mis ojos, mi nariz o mis manos.
Le contaré historias, dibujaremos monstruos y haremos paseos al zoo.
Algún día lo tendré en brazos y sabré sobre todo el pánico del mundo,
sobre todo el amor, sobre toda la responsabilidad, sobre ser madre.
Pero por hoy, duerme, flota, diminuto e incompleto.
Por hoy sólo genera células, crece y se alimenta.
Nada conoce, nada pronuncia, nada entiende;
y yo, vomito feliz, sabiendo el futuro.