jueves, junio 04, 2009

Grados

Qué calor tan horrible, pensaba, mientras contemplaba sus opciones para refrescarse.
Primera opción: Morir, así definitivamente no más calor, en cuestión de horas sería un cuerpo frío y sin problemas. Pero morir, por hoy, no era apetecible.

Segunda opción: Matar a alguien. Si matas a alguien, obvio (seguía pensando ella) la adrenalina te debe hacer olvidar el calor, por lo menos una buena media hora... pero después tendría que huir, y no volver, se vería obligada a cambiar su dirección en la credencial de IFE o de plano nunca volver a votar, y votar es una responsabilidad ciudadana... No, hasta no tener bien resueltos los detalles, matar a alguien no era conveniente.

Ya sin numerar, porque se le complicaba pensar en forma de lista, estudió otra opción (era la tercera... pero ya no importa); podría comprar un raspado de ciruela seca (su favorito) y pedir que le agregaran lecherita, o tal vez sin lecherita sería mejor, menos calorias... No era mala idea: era barato, fácil y nadie moría.

Aparte los funerales son caros (y todos tenemos suficientes deudas), la sangre es caliente y si le cayera encima aumentaría a un más su temperatura..... Aunque si decidía, en efecto, matar a alguien, podría huir a algún lugar con buen clima o irse a Uruguay (en dónde por estos meses empieza el invierno), podría votar en la casilla especial de la embajada y para como está el dolar con relación al peso uruguayo, no sería tan caro vivir; con lo que compraría acá un raspado allá, seguro, se podría comprar tres...

... opciones, opciones, difícil decidir con tanto calor.

Detox

Por mi parte, será detox, vomitar primero tus brazos.   Los extrañaré, pero necesito que estén afuera.   Luego tus piernas, tu torso, tu bob...