Me hace mal estar tan sola, tan lejos, tan perdida en los recuerdos.
Mi corazón está cansado; comprimido bajo estas atmósferas de piel.
Duele, como no recordaba que podía doler.
Cansado de tener que seguir adelante;
Pesa, y al mismo tiempo parece no estar;
Como si se hubiera marchado, y en su lugar quedara tan sólo una sombra de plomo.
Como si se hubiera marchado, junto a ti.
Me hace mal todo este tiempo, todo este espacio sin tareas ni sexo...
Toda esta piel sensible que se ha quedado sin dueño,
toda esa piel que ahora viaja ajena a mí.
Antes, todo lo que alcazaba a ver en ti, era mío.
Antes, no hace mucho tiempo, era feliz... y tu mujer... y completa.
Y luego, después, en algún momento, decidiste que no valdría nunca la pena.
Que no habría boda, hijos y vacaciones.
Que no existiría para nosotros ni un día más;
Y todo este tiempo, el espacio, las tareas y el sexo serían repartidos o anulados.
Me hace mal lo injusto de este momento,
todo esto de ser ignorada y todo lo de no saberte odiar...
Me hace mal que sigas siendo tú, en algún otro lado y sin mí.
Todo lo que eres, lo que antes me alegraba, ahora, me hace mal.