Lo llamas ternura; pero no es ternura, mujer.
Lo nombras cariño; pero no es cariño, y pronto te lo demostrará.
Dices que no sabes lo que sientes; pero lo sabes perfectamente,
El problema es que no lo puedes nombrar.
Y es que naciste en medio de un ciclón, que revolvió tus palabras aun antes de que las aprendieras.
En un ciclón que, ahí dentro de tu mente, lo mezcló todo.
Y es por eso que escribes todos los días,
Y es por eso que escuchas a desconocidos;
Porque necesitas que encajen los símbolos con sus significados,
Porque necesitas terminar de aprender a hablar.