No hay ritmo en esta nueva vida.
Hay noches y hay días.
Los días se pasan entre otros humanos,
Tratando, un poco, de hacer llorar a nadie.
Las noches se pasan entre sábanas,
Con una diminuta audiencia cautiva.
Hay días más largos que otros,
Noches eternas y noches de cuatro horas.
No hay ritmo, no hay obligaciones.
Esta vida nueva se mueve bajos sus propias condiciones.