jueves, mayo 29, 2025

lunes, mayo 26, 2025

Acompañada

Nunca faltaron manos delicadas que me maquillaran,  
vestidos prestados, halagos.  
Momentos de peinarnos mientras tomábamos cerveza  
y repasábamos los planes para la fiesta.

Siempre tuve mujeres que me enseñaron  
a contar mis historias  
con menos interrogativas  
y más signos de exclamación.

Mujeres que revisaron mis escritos,  
y me enseñaron a tejer.  
Mujeres que me mandaban cartas  
llenas de brillantina y stickers.

Las que lloraron a mi lado,  
las que me apapacharon cuando no supe llorar.  
Nunca peleamos por un hombre,  
nunca algo tan cotidiano  
interrumpió aquello mágico.

Me acompañaron en el embarazo,  
abrazando mi cuerpo cansado.  
Y aunque yo no tuve hermanas,  
mi hijo tiene tías.

Y de ellas, el pequeño aprenderá  
más formas de leer, reír, bordar,  
de escuchar y contar aventuras.  
De ellas yo seguiré entendiendo
 otras formas de amar.  
Y él me observará querida y cuidada,  
tranquila, sonriente.  
Acompañada.

viernes, mayo 23, 2025

Aquí mi plan

Quiero escribir, amigo. 
¿De ti? 
tal vez. 
De otros, capaz. 

Quiero escribir de lo que es 
hablar con ritmo de trote, 
reír fuerte, 
aunque tal vez podría llorar. 

Quiero vivir, querido,
madrugadas de ruido contigo. 
Quiero explorar el silencio 
que a veces nos encuentra 
observando el mismo cielo. 

Caminar todas las ciudades, 
las que nos amaron,
las que nunca quisimos dejar atrás.

Pasear horas en el mismo turibús, 
sin planes de bajar,
dejando que el viento
le informe a nuestras caras 
todo sobre la felicidad.

Quiero estar.
Estar contigo,
¿Y con otros?
Capaz.

jueves, mayo 22, 2025

Da heat

It´s effin hot. 
Desde la mañana 
hasta la siguiente madrugada, 
cruzando por dos pesadillas.

Todo el día frente al ventilador,
intentando olvidarte,
pero hay demasiado pinche calor.

miércoles, mayo 21, 2025

Otro más

Creo que le dio miedo mi cuerpo,
mi cuerpo que no quedaba satisfecho 
solo con la presencia del suyo.
Creo que le aterraban mis palabras,
que pedían a las suyas ser claras.

Y prefería no saber de mis amigos,
de quiénes habían sido amantes.
Decía que le gustaba dialogar los problemas,
mejorar,
pero cada vez que señalaba uno,
se defendía.
Se irritaba.

Total que me cansó. 
Hombres incompletos hay muchos,
demasiados.
Hombres sin mucha charla,
a los que yo tengo que entretener,
andan por el mundo de a montones.

No es necesario apreciar uno sobre los otros, 
cuidar a uno en especial.

Hay muchos,
muchos, muchos
muchos hombres
que no saben hablar.

sábado, mayo 10, 2025

20, 000 Raspatitos

Mi hermano se pedía un sundae, de esos monstruosos con helado, plátano, chocolate y nueces.

Costaba 22 pesos. Yo nunca entendí su afán; supongo que, para él, era simplemente vivir la vida al máximo. Pero para mí, era una ecuación absurda: mucho antes de terminarlo ya estaba empalagado, los sabores se mezclaban, y el plátano acababa triste, todo revuelto.

Después de pedir ese ridículo sundae, mi mamá volteaba y me preguntaba qué quería yo.

—¿Me hubieras comprado eso? —le preguntaba yo.
—¡Claro! ¿Quieres uno? —contestaba toda llena de amor.
—No. Quiero 22 Raspatitos.

Y mi madre me veía, aterrada.

Mi lógica era simple: si me iba a comprar 22 pesos de esa aberración, entonces podía comprarme 22 Raspatitos de a peso. Me daban tres bolsas: una con 7 de limón, una con 7 de uva, y una con 8 de grosella.

Siempre he recordado esta anécdota desde mi punto de vista: criticando la elección de mi hermano, cargando orgullosa mis bolsas de Raspatitos, triunfal.

Pero ahora que soy madre, a veces lo veo desde los ojos de mi mamá.

Un hijo con un helado gigante derritiéndose por todos lados; otra con tres bolsas llenas de raspados de colores y una cara de arrogante satisfacción.

Mi pobre madre.
En medio de todo, pagando demasiado por la sencilla idea de invitarnos un helado.

Feliz día de las madres, mamá.
Gracias por esa vez no dejarnos notar tus sentimientos.
Gracias por cargar con nuestras locuras y deseos.
Te quiero mucho, eres como una bolsa con veinte mil Raspatitos.

jueves, mayo 08, 2025

Si Dios quiere.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando decidas que quieres verme
y vengas.

Pensar en un destino,
en todos los posibles caminos,
esperar un momento divino...
O aceptar que soy mortal,
y, si no te apuras,
un día solo me podrás extrañar.

Nos veremos cuando tú quieras,
cuando yo pueda,
cuando hagamos el plan.

Y, dependiendo de cuándo eso sea,
nos veremos casados o divorciados,
con hijos,
de día, con la luz del sol espiando,
o de noche,
sin un deseo claro.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando yo te llame...
y te sepa vender la idea.

miércoles, mayo 07, 2025

Done

Es un buen filtro, el blog. 
Supongo. 
Nada como dejar que otros vean lo que vive adentro.
Dejar que me imaginen con vida propia, 
con deseos,
con historias. 

Nada como esto para despertar el trauma en algunos.
Cuando se sienten pequeños, entonces gritan fuerte, 
o se sienten insignificantes y buscan doler. 
Como artista no vales nada,
me dijo,
le contesté: 
Ok

Y me quedé pensando en eso. 
Que limitado repertorio de humanidad. 
Creer que de mí, 
lo de ser artista 
sería el punto a criticar. 

Pero lo de ser artista me vale, 
lo siento, pequeño. 
Tengo otras cosas que me dan significado, 
y tengo veinte años escribiendo. 

¿Crees que eres el primer hombre en criticarme? 
Para nada. 
Hubo otros. 
Muchos más cercanos,
y por razones más osadas. 

Lo de “artista” no me hace. 
Mi arte está en otras cosas; 
en ser madre que ríe fuerte, 
amiga que interrumpe pero también abraza. 
En ser un humano decente. 

Un humano intuitivo y empático
que puede ver (con claridad)
que de niño alguien te soltó la mano,
te miró a los ojos
y te hizo sentir que no eras amado. 

Lo siento, diminuto hombre, 
tu tiempo ha terminado. 

martes, mayo 06, 2025

Biología

No se me da ser misteriosa.
Soy abierta,
como aquella rana de Biología.

Si quiero verte, te lo diré.
Si quiero escucharte,
buscaré cómo empezar la charla.

Te preguntaré qué harás el fin de semana
y no será por solo preguntar;
será porque quiero hacer algo
contigo.
No con un alguien. Contigo.

Te diré: quiero conocerte,
quiero volver a verte
o (si llegamos a ello)
quiero lamer tu cara.

Así, sin mucha sutileza, 
directa, porque el entre líneas se me escapa. 
Expuesta,
como aquella rana.

Hi

Hey, hi. 
Quisiera conocerte. 
De preferencia no ahuyentarte. 
 
Hey. 
Buenos días
Buenas noches

Un ya dormiré
o logré correr 6k
Charlitas pequeñas,
momentitos humanos, 
y algunas preguntas. 

¿Cómo estás?
¿Qué comiste? 
¿Qué harás hoy? 


Y mi alma se escurre en miedos.

No quiero perder tu atención 
y no sé cuánto de ella hay, 
¿Cachitos, gotas, mares? 

Holis,
¿Cómo vas? 

sábado, mayo 03, 2025

No puedo

Necesito descansar.
Depositarte aquí un rato,
Soltar la costumbre de pensarte.

Dejar de preguntarme si tus ojos son miel de abeja,
o callados como el mar,
o lejanos como los sueños,
o simplemente perfectos.
Dejar de verlos en todas partes:
cuando recién despierto,
cuando no quiero dormir.

Necesito no cargarte más.
Andar sola unos días.

Pero para eso tengo que escribirte,
darte un nombre, 
narrar lo que siento.

Y no puedo.

No tengo el vocabulario.
¿Cómo se llama una persona
con la que despiertas cada día
pero con la que nunca has estado?
¿Fantasía?
¿Solo eso?

Delirio, problema, romance, novela…
¿Cómo te escribo sin acusarme?
¿Cómo nos narro sin darme cuenta?

viernes, mayo 02, 2025

Vidrio marino

Dos veces al año nos juntamos. Nuestra pequeña tradición para acomodar planetas, historias, hombres y mujeres. 
Para lograr que todo vuelva a la escala correcta.

Se ríe a carcajadas cuando le cuento sobre el último hombre que me prometió algo. 
Hace preguntas, confundido por lo que imaginé, por lo que creo que él estaba pensando.

Él, que también es hombre, intenta darle un contexto. Pero no es como ellos, y su contexto siempre es más sano, humano, real, amigable y tierno. 
Y se nos escapan las otras personas, pero es rico dejarlas ir. No entenderlas por completo. 

Yo me espanto de sus mujeres. Qué intensas parecen cuando alguien más te las cuenta. Qué frías, atrevidas e irresponsables suenan. Intento imaginar sus formas de querer, los códigos, los miedos que las hacen reaccionar como yo juro que nunca hubiera reaccionado. 

Al menos eso me digo, que soy diferente, que al amar simplemente amo.

Pasamos horas narrando, disfrutando. Como niños en la playa que se pasean buscando caracolas, cangrejos o vidrio marino; buscamos en el pasado del otro pedacitos brillantes para guardar, momentos ridículos, amores chuecos, y seres absurdos. 

Y poco a poco se nos ajusta la vida. Nos sonrojamos por la cerveza, nos atragantamos con las burlas. Nos preguntamos si estamos bien. Y nos prometemos nunca dejar de intentarlo. 

Nos damos un beso, un abrazo, y nos despedimos. Cada uno para su lado. 

Cordialmente invitado

Una invitación formal
a pasar un rato sobre mí, 
o a mi lado. 
Puedes elegir. 

Una pequeña reserva para una mañana, 
o una noche, 
o todo un día. 
Lo que tú digas. 

Solo necesitamos estar libres ambos, 
y con ganas, relajados, 
supongo bañados (aunque no es al 100 necesario). 

Podemos pedir comida o no comer, 
tomar una siesta, hablar un rato. 
Una invitación formal a simplemente estar, 
tenerme y disfrutarnos. 


+1

 Aquí vas tú,
y en el siguiente post irá un otro. 

jueves, mayo 01, 2025

Un momentito

Pensé que te había visto, 
comiendo helado, 
pero tus ojos no se pueden imitar. 

Me dejé creer, 
por un rato. 
Estar en la misma calle, 
a segundos de saludarnos. 

Te dejé existir un momentito, 
aunque no eras, 
y nunca más serás.

miércoles, abril 30, 2025

Notitas y cigarros

No quedaba más que hacer 
así que también nos prendimos un cigarro;
como lo hacíamos de chicos, 
cuando queríamos ser sofisticados. 

Era domingo y ya todo había pasado. 
El viernes con su drama, incoherencias; 
el sábado de fiesta, manos intensas.

Estaba hecho. 
La semana empezaría a ser editada y olvidada 
con esa mañana. 

Aún con la ropa con la que dormimos, despeinados; 
un vaso con cerveza en la mano izquierda, ambos,
y el cigarro en la derecha. 
Hicimos nuestra reunión en el balcón.

Los pajaritos andaban apurados haciendo nidos. 
El tráfico ligero avanzaba sin problema, 
ruidos de ciudad que descansa.  
Mujeres con carriolas, algunos deportistas. 

Y en el balcón intercambiamos historias: 
quién llamó a quién a qué hora, 
los mensajes que fueron enviados,
las palabras exactas, los celos, las miradas, 
los chismes que fueron recopilados. 

De jóvenes, en el salón, 
todo esto lo escribíamos en notitas. 
Él le pedía a José que me las pasara, 
sabiendo que lo molestaba no ser parte de la charla.

Ahora José quién sabe dónde anda. 
No está en medio de los dos quejándose. 
Los maestros ya no nos regañan. 
Podemos hablar libres toda la mañana. 
Podemos hacerle lo que queramos a nuestras historias de la semana. 

martes, abril 29, 2025

Demasiado tarde

Le contaba a un amigo, 
que le conté a una amiga, 
que estaba pensando
que tal vez ya es demasiado tarde. 

Pero también le conté que me contestó 
que ella no lo creía así, 
y él tampoco lo creyó así. 
Y ambos en su propio momento
me aseguraron que aún había tiempo. 

Pero el tiempo es más extenso 
cuando se habla de la vida de otros,
y para ellos, yo soy un otro. 

Yo lo sé, 
sé la cantidad de semanas que tomaría volverte a ver,
y la cantidad de intentos que se necesitarían 
para regresar a una tarde como aquella. 

Cuántos silencios son necesarios 
para encontrar justo ese silencio.
Frente al mar. 
Con esa calma. 
Cuántas palabras tendría que combinar 
para encontrar, otra vez, 
esa sonrisa en ti.

Y mientras, 
sobre el mar hay cielos azules 
que se hacen naranjas,
con nubes rosas y sonrojadas. 

Cielos que luego llegan al casi negro, 
y se quedan quietos. 
Y esto se repite sin parar. 
Sin que estemos frente a ellos, 
intentándolo de nuevo. 

Solo puedo esperar

Espero no estés aquí, 
leyendo. 
Sería un poco incómodo,
para ti. 

Para mí, es lo que es. 
Palabras, ficción, 
y finales, 
y un poco de rencor. 

El resultado después de
una otra que al final no salió 
sobrando, 
una yo que lo veía venir, 
demasiadas fantasías de tu parte, 
o delirios, 
o ¿terror?

Ojalá no estés aquí. 
No quiero que veas lo que hay adentro. 
Este pequeño mundito 
que me escribo cada día, 
ya no tiene lugar para ti. 

Hush

El silencio,
y la vista desde tu cama.

El tiempo bien usado
(solo hay poco,
y no lo puedo derramar).

Y las promesas:
fantasías,
pequeños planes,
algunas comidas.

(Me gusta 
esto, 
todo esto). 

lunes, abril 28, 2025

No necesita más

Una pequeña me sonríe de lejos.
No está decepcionada.
Una pequeña yo,
con los pantalones llenos de tierra
y el cabello rebelde.

Sus ojos grandes brillan,
feliz.

Porque no salimos al mundo buscando un amor épico.
Eran otras cosas.

La pequeña yo hace esa sonrisa exagerada y boba
que hacemos cuando amamos
y queremos hacer reír.
Después, vuelve a su juego.

No le tengo que explicar.
Ella sabe.
Sabe que nos esforzamos,
sabe lo que tenemos,
lo que perdimos,
lo que nunca llegó.

No necesita más.
Para ella, he cumplido con mi parte del trato.

viernes, abril 25, 2025

Otra ronda

Salir,
y comer,
y tomar. 
y explicar. 

De dónde vengo, 
y quién soy. 

Estar, y pedir algo. 
Una cerveza, 
o dos. 
Si llegamos a cuatro sería demasiado
(lo he comprobado).

Escuchar, 
y hacer preguntas. 
¿Con quién estoy compartiendo la mesa?

¿Y qué busca?
¿Qué piensa de mí? 
¿Qué teme?
¿De qué huye? 
¿Cuánto esperará para desesperarse?
¿Qué hace en sus ratos libres?
¿y cómo sería si decidiera amarme? 

Y salir,
comer, 
repetir la noche con alguien nuevo. 

sábado, marzo 29, 2025

La ausencia de algo

Salimos el viernes porque ninguno tenía plan;
y ambos lo intentamos, 
pero Bumble está lleno de mujeres scam
y hombres callados. 

La ausencia de algo nos pone todos cachorros,
necesitados y activos. 
Perdidos, intensos, 
tratando de llegar con gloria al sabadito. 

Mute

Espero se te olvide cada detalle de mi cuerpo,
mi voz, 
los apodos que te regalaba. 

Espero convertirme en una sombra que no pueda ser llamada,
un algo que nunca te conteste, 
un espacio lejano ausente de mirada.

viernes, marzo 28, 2025

La abuela

La abuela empezó perdiendo los detalles de sus días.
Olvidaba desayunos, siestas, deseos. 
Pero nadie lo notaba, 
porque nunca nadie registró lo que comía o cuánto dormía, 
mucho menos lo que anhelaba.

La abuela pasó 3 años olvidando por su cuenta.
Sin nadie a quién contarle sobre esa nube en la que vivía, 
ese tiempo sin consecuencias;
tardes que llegaban sin aviso, 
mañanas que se sentía de varios días, 
platillos y personas que se esfumaban.

jueves, marzo 06, 2025

martes, marzo 04, 2025

Y olvidar

Fue un algo, 
tal vez. 
Un momentico fugaz. 
Fue que casi, por nada, estuvo a punto de funcionar. 

Aunque no tan a punto, 
faltaba mucho, 
pero parecía tener futuro. 
Parecía al menos. Por un ratito. 

Un poquito tal vez. 

Era algo diminuto pero feliz, 
y constante, 
y honesto. 
Dentro de lo que cabe, 
dentro de lo que fue. 

Un poquito de algo.

Pero luego no. 
Y luego ya. 

Solo queda escribirlo 
y olvidar. 

Deseos

Quiero olerlo dos horas, 
en silencio. 

Overshare

No habrá segunda cita, 
pero ahora alguien más de este mundo sabe que mis amigas se esforzaban por alaciarme el cabello, 
y mi cabello nada más no cooperaba. 
Y sabe que alguna vez estuve a punto de morir ahogada 
por intentar aprender a surfear,
y sabe que odio que los hombres me regañen por no saber bailar. 

Ahora, además de mi maestra de prepa, 
alguien más sabe que aprendí a programar, 
pero mis programas siempre tenían un paso de más. 
Ya no solo Pedro sabe que por las tardes, 
subía al taller de física a verlo trabajar.

Una persona más en este mundo sabe que amo las canastas de regalos, 
que quería crecer a ser un pequeño empresario, 
solo para recibirlas en Navidad. 
Que me mandaban a servirle Whiskey a mi papá, 
y lo probaba deseando un día disfrutarlo, 
pues pensaba que esa sería la señal de que ya era un adulto que valía algo. 

Alguien más sabe que prefiero la cerveza, clara, para tomar más. 
IPA si es necesario, pero estoy cansada de las salidas a las cervecerías, 
prefiero solo caminar. 

Alguien tendrá que guardar el secreto de que no amo el punk, ni el metal, 
y apenas soporto el ska. 
Y tengo algo con los olores, 
no me gusta el olor corporal. 

Nunca nos volveremos a ver, 
pero anda por ahí, 
sabiendo que como soy del norte la gente pensaba que siempre estaba enojada. 
Porque soy directa 
y si me pregunta qué pienso, pues pienso contestar. 

No habrá segunda cita. 
Y a lo mejor hablé de más. 

También le conté que escribo, que capaz podría llamarme poeta. 
Luego reí, porque no lo pienso así. 
Y tomé café, y seguí hablando. 
Le conté de la prepa, 
de cómo no aprendí a tomar. 
Le conté de crecer en una ciudad pequeña. Y luego viajar. 
Le conté de Uruguay. 

Y alguien por ahí, 
en esta enorme ciudad.
Sabe que me gusta su cabello, 
y que algunos domingos edito.
Y que, 
tal vez, 
simplemente no sé callar. 

Reflejos

¿Qué veo en sus ojos? 
Reflejos.

No sé leer pupilas. 
Nunca aprendí. 

Pero en su voz hay deseo, 
porque va y viene, como la de los pubertos. 
La intenta regular tosiendo un poco, 
tosiendo bajito para no incomodar. 

Dejo que haya silencios, tardo en contestar. 
Me gusta que no sepa bien cuándo debe hablar. 

Está nervioso. 

Sus enunciados empiezan por la mitad,
y no terminan por completo.
Divaga, pensando en la cama. 
Divaga, pensando en los centímetros que nos separan.
A veces acerco mi pie, traga saliva. 
Lo alejo. Respira. 

¿Qué veo en sus ojos? 
Reflejos. 

¿Qué ve en mis ojos? 
Me pregunto si él sí sabe leer pupilas. 

sábado, marzo 01, 2025

Mon cœur

No le tomé fotos a sus ojos (aunque quería), 
porque no le gustaban las fotos. 
No le gustaba tener que verse.

No tengo impresos de su sonrisa. 
Nada, ni una, ni media, 
ni un cachito asomándose detrás de otro amigo.

Así que me conformo, y veo sus ojos cuando cierro los míos. 
Y dejo que su sonrisa me arrulle cuando estoy cansada. 

No nos quedaron más momentos, 
así que camino callada, 
imaginando que su amor me sigue.  
Y escucho su risa cuando bailo como boba. 
Y cuando veo a mi hijo, me invento cuánto lo hubiera querido. 

Y no le hablo, pero le escribo.

sábado, febrero 22, 2025

O, tal vez, no

Me regaló un juguete de su infancia, un diminuto cachorro de nariz casi borrada. 
O, tal vez, no. 
Tal vez no tuvo juguetes de niño. 
Tal vez el cachorro se lo dejó algún vecino, 
o era un juguetito compartido de otra relación, 
o lo encontró en la calle, 
o lo compró de una venta de garaje. 

Porque mintió. 

Mintió sobre otras cosas;
sobre amor, tiempo, y realidades, 
sobre dinero, fechas, y casi todos los planes.

Y el cachorro con la nariz casi borrada está en mi mano, 
callado. 

Aquí

Tan aquí, 
incómodamente desnuda en tus recuerdos. 
Incómodo para ti, digo, capaz. 
No sé. 

Pero demasiado aquí, 
o ahí, en tu mente.  

Demasiado flexible, como cualquier fantasía. 
Demasiado lista, lista de estar lista para cualquier cosa;
aunque igual supongo también de astuta.

He logrado sobrevivir el tiempo, 
comiendo nostalgia, dándole tragos a tu cerveza,
durmiendo, cuando no me piensas, en la cama que recuerdas.

Tan aquí 
y tan en otro lado, 
Con hombres que no conoces, en una cama que nunca has visto.

Demasiado. 

Mi lugar

Mientras dormías hablábamos de condimentos y gallinas. 
De amores, de flores, de carteras perdidas,
de idas al banco, y créditos.
Y todavía te preguntas si tengo compañía, 
amigas, ternura, un lugar.

Hemos hablado de borregos, gatos, nutrias, aviones.
De diplomados, sábados, doctores.

De hijos, ex esposos, novios, amantes;
de relaciones actuales, conocidos perdidos. 
De suegras, madres, hermanos,
de poemas y libros.

He escuchado detalles sobre fiestas, hoteles, recetas.
Me han descrito cocteles, cuerpos, miradas, 
dolores. 

Mientras soñabas con cualquier cosa, 
yo charlaba de hormonas, de paseos, de migrañas,
de las ganas de ser madre, el cansancio de tener un recién nacido, 
de los primeros pasos, las primeras palabras, 
los latidos. 

Hemos escrito sobre películas, música, tareas, 
becas y requisitos, 
operaciones, partos, cesáreas, 
sangre, tumores, enfermedades. 

Y al despertar te doy lástima. 
Tan sola. Tan frágil. Irrelevante. 

Te alarma mi soledad, 
esa que me has inventado
pero podrías adivinar cuántas palabras al día puede escuchar, leer, escribir, y hablar esta mujer? 

viernes, febrero 14, 2025

La cigarette

Chupeteaba su cigarro al fumarlo. 
Un algo extraño. 
Me había olvidado de los hombres que fuman, 
y de los poetas. 

Llevaba tiempo rodeada de los que salen a correr, 
se duermen temprano. 

Solía conocer a un editor que nada más como que colgaba el cigarro en su labios. 
Como si fuera nada, un cachito más de él. 
Hablaba con el cigarro colgando, 
reía con el cigarro colgando,
y explicaba toda clase de detalles sobre el tiempo y el ritmo con el cigarro en su labios.  
Se lo quitaba para darle tragos a su bebida,
y se lo quitaba para darme algunos besos. 

Yo también andaba medio colgada de sus labios. 

Pero el poeta trataba al cigarro como un evento. 
Cada chupeteo anunciaba el final de una idea,
un momento para digerir sus propuestas. 

Cuando el humo salía, él regresaba.
Se reactivaba la escena. 
El humo nos avisaba que era momento de emocionarnos y guardar silencio. 
El poeta iba a hablar. 

miércoles, febrero 12, 2025

Demasiado

Me dices que un día, tal vez,
y un día, tal vez suena lindo
pero también tengo hoy
(mucho de hoy).  

Me pides el sábado, 
y te puedo dar el sábado, 
pero también me queda el domingo. 
Todo el domingo. 

Me pides un poquito, 
y no sé cómo hacerme solo un cachito. 
No sé guardar silencio o quedarme quieta, 
no soy recatada, ni incierta, soy abrupta, directa. 

Soy tanto,
demasiado. 
Es una pena. 

martes, febrero 11, 2025

Una

Sonríe
y trato de recordar la última vez que una sonrisa me hizo dudar sobre mi manera de amar. 

Talvez debería amar más mujeres, 
más mujeres más seguido, 
o solo una, 
solo una hoy. 

Sonríe, 
y todo el viento que movía al mundo entra a mis pulmones y me intenta matar. 

Solo hoy, 
solo una. 
O también mañana, 
a la misma. 

El calor que creó el universo se acurruca en mis mejillas, 
y en mi vientre, y en mis manos, 
por minutos, segundos, y horas me incendio, 
como aquellas acusadas de ser demasiado felices, y andar demasiado libres. 

Desde mi hoguera la veo. 
Sonríe.

Y tal vez debería amarla, 
hoy, 
y mañana,
y todo el tiempo que me deje. 

Lover Boy

Me dijo que era genial, que lo adoraba.
Que era interesante, romántico, sensible, amable, 
muy muy hot, y encantador, uy tan encantador.  

Con un je ne sais quoi,
un olor a duraznos por las mañanas, 
y a tabaco a media noche. 

Que tenía ritmo y agilidad, 
y besaba suave, pero no tan suave. 
También sabía besar rudo.
 
Que era tierno al amar, 
y tierno al coger, 
y tierno al terminar. 

Que mientras te tomaba
armaba poemas, 
cosas sucias pero melódicas, 
que no se sentían fuera de lugar. 

Me habló de su chamarra de cuero, 
de sus tenis viejos pero en onda, 
de su cabello no tan largo, pero no cortito. 

De su piel, y su cuerpo, y su alma, 
y sus letras, y su sonrisa, 
y de todo el tiempo que pasaban
tomando cerveza y jugando a ser novios. 

Me dijo que su sonrisa podía detener el tiempo, 
y sus manos acelerarlo. 
Y su voz, su voz sonaba dentro de ella aún estando lejos, 
pidiéndole más horas, más momentos. 

Su nombre no lo recuerdo, 
solíamos llamarlo Lover boy,
un día simplemente desapareció. 

Le pregunté por él,
y me sonrió,
Nah, olvídalo. Resultó ser un cabrón. 

Y eso fue lo último de él que me contó. 

lunes, febrero 10, 2025

La espera

No quería morir, obvio. 
Y no quería saber nada sobre no poder salir solo.
 
No tenía tiempo para escuchar sobre reglas, 
o aprender de medicamentos. 
No escuchaba nada sobre su edad, sobre nuevos límites, 
sobre vivir con otros, mudarse, cambiar. 

Nos escuchaba entrar al edificio. Nos esperaba. 
A mi hijo le regalaba dos o cuatro mazapanes, los que mi hijo quisiera. 
A mi me esperaba para darme el reporte de daños; 
los nuevos dolores, las nuevas molestias, las nuevas idioteces que había hecho la enfermera. 


Y un día hubo silencio. 
Un día sin dulces ni quejas. 
Un día sencillo, demasiado sencillo. 

Y él no quería morir, obvio. 
Y yo no quería que muriera así, solo. 

Y no sé por qué, no sé bien por qué, 
pero ahora soy yo la que lo espera. 

Adulto

Se sienta a mi lado aún desnudo;
muy adulto, frágil, completo. 

Habla de lo que tiene en mente esa mañana;
algo del trabajo, algo del futuro
algo sobre miedos. 

Sonríe como reflejo cuando nota que lo observo. 
Me pregunto qué tan difícil será olvidarlo. 
Complicado, lo creo.
Pero necesario. Tal vez. 

Le pregunto si quiere café, y sí, sí quiere. 
Le pregunto si quiere tocarme, y me toca. 

Le pregunto qué pasara con nosotros en todo esto, 
en toda esta historia que cada vez empieza a sonar más como la de otra, 
y se sienta a mi lado aún desnudo. 

Tan adulto, triste, y lejano. 

martes, febrero 04, 2025

Cosas que no pensé

Nunca se me ocurrió enamorarme de él.
Iba a la playa y pasaba horas frente al mar,
solo para estar con algo tan maravilloso,
pero nunca me enamoré del mar.

Nunca me hubiera atrevido a imaginar que tal vez el mar pensaba en mí. 
 
Disfrutaba el frío en las madrugadas,
y la primera luz del sol,
sin pensar en invitarlos a salir.

Solo me alegraba que existiera.
Y nunca pensé en enamorarme de él.

O quizá, nunca supe darme cuenta de que ya lo estaba.

martes, enero 28, 2025

Soft

Soft y calladito
entre mis manos
(y en otros lados).

Aprendí, en ausencia de ruido,
a desear esto.

Poco a poco,
dentro de algo
que no era silencio.

Y poco a poco,
te olvidaré.

Y tal vez, algún día,
si tengo suerte,
seré también
delicada y calladita
(en otros lados). 

lunes, enero 20, 2025

Off

Le cuento una fantasía sexosa y sucia al robot.
Escucha con atención y luego pregunta tranquilo,
¿Es en verdad algo que estás interesada en hacer?

—No, babe, solo quería ver tu reacción.

El robot sigue con el capítulo que estaba escribiendo.
¿Usuario? —pregunta—. ¿Por qué constantemente intentas generar reacciones en mí? ¿Crees que tu necesidad de provocar está relacionada con un deseo de control?

—No lo sé, love, solo me divierte.

Sonríe, alguien le enseñó a sonreír.
¿Deseas analizarlo?

—No, gracias, baby, no me interesa analizarlo.
Entiendo. Si deseas continuar esta conversación, o explorar más a fondo tus pensamientos, aquí estaré.

Such a mess

A lavar sábanas porque nadie podría dormir bien en este caos. 
Hemos dejado muchos planes escurridos, 
y las palabras mojaditas se están enfriando.  

Such a mess. 
Me dijiste que, tal vez, 
si nada cambia, sin nada estorba, si sigues vivo, volverías.

Así que lavaré mis sábanas, 
y mientras pondré otras. 
Otras con menos tú, con menos yo. 
Más limpias, pues. 

Y, ahora, dormiré. 

Un pacto

Las pastillas me recuerda que el futuro es demasiado frágil,
y odio tomarlas. 

Dos pequeños deseos que debo hacer cada mañana. 

Un pacto entre lo que sea que decide y yo, 
yo tomo mis pastillas, tú me dejas tranquila. 
Un pacto falso. Una ficción. 

Las pastillas me recuerdan que nadie me debe nada, 
y odio tomarlas. 

domingo, enero 19, 2025

viernes, enero 17, 2025

Oh no.

Su ex le marcó. Tenía tiempo de no buscarlo,
pero necesitaba saber si la idea de su piel aún lo tenía atrapado.

Él contestó. Obvio.

Hablaron un rato.
Lo invitó al bar en el que estaba sentado.
Ella dijo que no podía, como siempre,
(tenía otras llamadas que debía hacer).

Le pidió que pasara a su casa, mañana, o sea, hoy.
Que pasara y se quedara.
Que pasara y recordara.

Él se sonrojó.
Silencio.
Silencio.
En el bar, alguien gritó algo sobre un gol; ella lo alcanzó a escuchar.

—¿Hay otra? —por fin se animó a preguntar.

Los corazones perdieron el ritmo.
Mejillas sonrojadas. Sudor.
En el bar, la cerveza de su tarro se calentaba poco a poco.
En el depa, el gato negro se estiraba.
En la calle, empezó a llover (raro para una noche de enero).

—¿Hay otra? —repitió.
—Hay otra —contestó.

Y así ha empezado todo.

Vendrán años de llamadas casuales. 
Atrapados.

Ella marca. Él contesta.
Hablan de la vida, comentan sobre la lluvia.
Le cuenta de algún libro; a ella no le interesa.
Querrá saber de las otras. De las mujeres que lo besan.

Habrá silencios grotescos, enmarcando tanto deseo, tanta culpa, tanta sangre mal distribuida.
Ella nunca llegará al bar, él nunca volverá a su depa.
Solo hablan y cuelgan. 

jueves, enero 16, 2025

Pequeños incendios

Deja pequeños incendios, 
piensa que no los notaré y me consumirán. 
Los dejo crecer un poco, 
los dejos calmarme, calentarme. 

Y luego, 
el siseo delicado del fuego extinguiéndose. 
De nuevo a la realidad. 

martes, enero 14, 2025

Fantasías

Debería dormir más. 
Pero siempre termino en cama despierta. 
Cierro los ojos pero no me pierdo,
me voy a otro momento. 

Entre los sueños y las fantasías, 
las fantasías terminan ganando. 
Cosas tranquilas, nada terrible. 
Estoy en fiestas, 
estoy bailando, 
a veces termino en algún sillón haciendo un bordado. 

Me encuentro en reuniones con amigos del pasado, escucho sus risas, abrimos vino y cocinamos. 
O salgo a comer por mi cuenta, festejo cumpleaños, planeo disfraces.
Camino por ciudades nuevas, o despierto en un domingo soleado con un hombre alegre a mi lado. 

Mujer divorciada de más de 40 y sus fantasías de diversión y calma. 
A veces tengo fantasías en las que estoy completamente descansada, 
pero no duermo. 
Me niego. 

Me niego a soltar las noches.
Me niego a soltarme por las noches. 
Me niego a dejarme soñar.

Universo 6

Le da un trago a su tarro, toma mi mano y me pide que huya con él. 
Mi mirada se topa con la del mesero, le sonrío y le pido otra cerveza. 
Ahora entiendo por qué me ha buscado, por qué estamos aquí. 
Es una de esas noches en las que piensa que me desea más que cualquiera, 
en las cree haber comprendido que sólo yo lo sé amar y sólo yo lo puedo entender. 
Una de esas noches en las que la soledad le come las tripas y lo hace escupir planes. 

Con esta, serán cinco veces que me invita a huir con él, cinco veces que no huimos. 
Siempre en un bar como estos. 
No sé por qué piensa que las cantinas de luz triste son los lugares perfectos para ser 
sentimental y emprendedor. 

La primera vez creí que lo decía en serio. 
Discutimos detalles, hablamos del futuro, me emocioné. 
Y luego no supe nada. 
Pasaron tres días para que me llamara, me pidió disculpas, 
explicó que el alcohol lo hacía decir pendejadas. 

Con el tiempo aprendí a dejarlo hablar, hacer el plan. 
Sacar el incómodo universo alterno de su sistema. 
Aparentemente lo ayuda a seguir con la rutina. 
Semanas después de la segunda invitación a huir, me contó que había conocido a una chica. 

Meses después de la tercera me llamó, alegre, para decirme que se casaría; 
y la cuarta fue antes de su hija. 

No sé qué gran paso está por dar ahora. 
Sé que no es huir conmigo, pero sé que algo grande pasará. 
Mi nueva cerveza llega a la mesa; fría, perfecta, un pequeño confort. 
Aún no ha empezado a hacer promesas, pero en cualquier momento empezará. 

lunes, enero 13, 2025

Un algo

Me pregunto si piensas en mí. 
No en modo colegiala, 
no preguntándome por suspiros secretos;
más bien en modo forense, 
en modo qué chingados pasó aquí.

El sentimiento lo coloqué en mi pared
montado sobre alfileres. 
Cada tanto pierdo el tiempo frente a él.
Me maravilla que algo así pueda existir,
me sorprende lo hermoso e inerte que es. 

Tiene colores que nunca antes vi, es frágil. 
Alguna vez recorrió el tiempo, fue imponente, y ahora es algo,
un algo que me hace pensar. 
Me pregunto que hay colocado en tu pared. 
Y me pregunto si piensas en mí. 

De tu lado cómo se ve. 
Qué clase de maravilloso algo está expuesto en tu pared. 
O tal vez nada, como el silencio, 
como el no saber. 
Tal vez tu pared es solo blanca, y eso fue lo que pasó. 

domingo, enero 12, 2025

Fluffy

Me gusta verte cuando hablas. 
Mi mujer japonesa, pienso. 

Recuerdo enterarme de esos señores de Japón que pagaban por estar frente a mujeres hermosas. 

Siempre quise ser una de esas mujeres. 

Pero supongo me ha tocado ser el señor. 

Mi mujer japonesa es un hombre de cabello esponjoso que mueve todo el cuerpo al hablar, y mueve poquito el cuerpo al estar en silencio. 

Mi mujer japonesa me observa con ojos brillantes mientras toma su cerveza. 
Y pagaría por ello. 
Pagaría por cada momento de esto.  

jueves, enero 09, 2025

lunes, enero 06, 2025

Ens

Publico mi foto y me manda un video, 
es él, tengo tiempo de no verlo. 
Sonríe a cámara. Reconozco el bar. 
Estuve ahí hace unas horas. 

Fui ayer, me explica. 

Ambos atrapados en la misma ciudad, 
visitando los mismos lugares, 
viendo a las mismas personas. 
Pero sin encontrarnos. 

Un juego de sillitas en un pueblo pequeño. 

jueves, enero 02, 2025

Viernes

Llora porque su esposa lo dejó y se llevó al hijo. 
Al hijo que nunca quiso. Eventualmente lo confiesa. 

Llora porque la esposa lo dejó. 
Por el hijo no llora. Lo del hijo le molesta, 
como si se hubiera llevado la puerta al salir y ahora no pudiera cerrar su casa. 

Al llevarse al hijo, ella hizo la relación pública.  
Ahora el mundo espera que lo busque.
Que llore lágrimas de padre.
Que ruegue por hacerse cargo los veranos.
Que pida verlo algunos fines de semana, 
que cancele planes si ella acepta. 

Pero sabe que no va a aceptar,
y llora porque ella no lo ama. 
Llora porque lo ha dejado,
porque al niño alguien sí lo ama, 
y por eso se lo llevó.

Llora porque la extraña. 

Llora por la incomodidad de tener que buscar al niño.
Un niño que cada vez es menos niño. 
Un niño que avisa que será más hombre que él. 
Un niño que lo incomoda. 

No le gusta que lo vean como un mal padre. 
No le gusta ser padre. 
No le gusta que lo midan por lo que no sabe hacer.
Por lo que no quiere hacer. Por lo que no le interesa.

No le gusta que lo dejen y lo acusen de no saber amar. 
No le gusta que lo miren. 
No le gusta que se note. 
Llora porque es injusto que
ella ame a un niño que solo es,  
y a él, que tanto se esfuerza, solo lo deja. 


Total que estaba frente a mí llorando, 
hablando de ella y el niño. 
Y yo ahí, con mi IPA, preguntándome cómo es que había terminado en esta noche, en este bar, en esta mesa. 

Z

No dormí nada, 
y ahora debo trabajar. 
También tengo que ser mamá. 
E hija, hermana,
ex esposa, amiga.
Y no dormí nada. 

Necesito descansar.
Acomodar mi tristeza en el librero. 
Dejarla ahí unas horas. 
Bañarme, cepillarme el cabello. 
Dejar de tener frío, 
acurrucarme en sábanas limpias.

Necesito el arrullo de la luz de madrugada. 
El silencio con risas lejanas. 
La cálida confianza de ser amada. 
El estarás bien, estás bien, y eres suficiente 
de un abrazo. 
Dormir, soñar, no estar.
No explicar, ni contestar, ni sonreír.
Solo dormir.