viernes, julio 25, 2025

En julio

Le conté de ti. 
Obvio, no todo. 

Le conté de aquella noche,
la del helado...
que me cuidaste.

Le conté de los días 
que hemos pasado:
hablando,
enviando videos,
compartiendo. 

Porque quería que supiera
que la vida sigue…
que, aun en las épocas calladas,
uno encuentra personas
con tiempo 
y cariño.

Soy

Soy
ojos que aman la luz de la madrugada,
una nariz que adora la toronja.

Lengua para lamer,
lengua para besar,
lengua para hablar de más.

Uñas que no logran mantenerse pintadas,
pies que chocan con orillitas de camas.

Orejas perforadas.
Cejas: primero pobladas,
luego dispersas.
Cejas raras.
Cabello esponjoso
que se despierta feliz.

Soy
un cuello cansado,
una espalda que necesita masaje,
un culo que se me olvida apreciar,
pero que ahí está.

Soy brazos que cargan un hijo,
y piernas que me llevan a correr.

Soy manos que hacen pasta,
manos que escriben esto,
manos que quieren acariciar.

Soy recuerdos de amigos, sonriendo.
El eco de muchísimos consejos.
La memoria de tantas conversaciones.
Una mente que aún escucha voces
de personas que hace tiempo se fueron.

Soy el tiempo que paso viendo la pared,
pensando en lo que viene,
en lo que haré,
en lo que vivo.

Soy las sonrisas perdidas
que le regalo a la nada,
cuando pienso en mi vida.

martes, julio 22, 2025

Lo amó

Como Dios manda,
con terror y culpa. 

lunes, julio 21, 2025

Futuros falsos

Es rico pensar
futuros falsos. 
Despertar a tu lado,
mientras me quedo dormida.

Dejarme estar,
donde sea:
frente a tu puerta,
en tu cocina
o sobre ti.

Es lindo vivir
momentos falsos.

martes, julio 15, 2025

3 am

Te usé ayer. 
Para calmarme.
Te imaginé escuchando,
acariciando mi cara.

Y te quedaste ahí,
hasta que volví a dormir.

lunes, julio 14, 2025

Dos besos

La enfermera que me presentó a Bastián lo acercó para que yo le diera un beso. Luego lo alejó un poco, su mirada exploró mi cuerpo y lo regresó.

—Dele otro beso —me pidió.

Me pareció raro, pensé que seguro era una mujer muy cursi o que tal vez mi primer beso no le había parecido lo suficientemente amoroso. Me pregunté si las otras nuevas madres rogaban por darles muchos besos a sus recién nacidos. Le di otro beso y se lo llevó a los cuneros.

Había un silencio irregular en el quirófano y luego demasiadas palabras. La cirujana instruía a su asistente. Supe que algo estaba mal. Toda la cesárea no se habían hablado, sabían exactamente qué hacer, todo era rutina; y ahora hablaban de sostener, suturar, coordinar.

Le pregunté al anestesiólogo qué hacía la cirujana. Me aseguró que todo estaba bien. Insistí. Le pedí que me explicara qué estaban haciendo. No recuerdo si me contestó. Creo que en ese momento las drogas pesadas entraron a mi sangre.

El techo era blanco y la luz era muy brillante. La cirujana entró en mi campo de visión.

—Estás sangrando mucho, hicimos suturas para intentar detener la hemorragia. Vamos a esperar y ver si se detiene. Estarás en observación. Si no se detiene, te vamos a regresar y te vamos a tener que quitar el útero porque si no te quitamos el útero podrías morir —me explicó con ternura.

—Sí, no te preocupes —le dije con una voz muy amable, muy drogada— lo puedes quitar, de todas formas yo solo quería un hijo.

Quería hacerla sonreír. 
Quería que estuviera tranquila. 
Entre la muerte y yo parecía solo estar ella. 
Quería dejarle claro que yo estaba de su lado. 
Me podía quitar el útero, me podía quitar una mano, dos piernas, los dientes, raparme.

—No, no se trata de eso —me respondió con seguridad—. Vamos a salvar tu útero. 
Su optimismo me pareció grato, ingenuo pero grato.

En la sala de observación la enfermera en guardia me examinaba constantemente. Llegaba a mi lado, me saludaba, levantaba mi sábana, apretaba mi abdomen y revisaba cuánta sangre salía. No sé cuántas veces hizo esto, ni sé cuánto tiempo pasó. En algún momento me aseguró que ya no estaba en peligro y luego regresó con alguien más, tal vez un médico, tal vez otro enfermero, tal vez su amigo. Ese otro también vio mi cuerpo y me aseguró que ya no estaba en peligro.

Entre examinaciones, papeleo, análisis y otras normalidades de una clínica pública y gigante pasé ocho horas en la sala de observación. Otras recién paridas llegaron y se fueron. Hubo un cambio de turno. Pasó la hora de la comida. Pasó la hora de la cena. Y yo pensaba una y otra vez que era afortunada, por ese hermoso momento ya no estaba embarazada pero aún no tenía que hacerme cargo de un bebé.

Yo, toda positiva, toda dopada, toda completa, 
acostada sonriente en una camilla ensangrentada.

———————————————————

Unas semanas después, ya en casa, recordé a la enfermera que me presentó a Bastián. Su dele otro beso.

Por fin entendí.

Era un beso de hola y, 
tal vez, 
un beso de adiós.

jueves, julio 10, 2025

Molestia

Me molestó
que insistieras tanto
en besarme,
en querer tocarme.

No solo porque dije,
varias veces,
que no.
Sino por la terrible
hipocresía.

Si supieras que tu novia
anda por ahí
intentando lo mismo
con otro...
¿Qué harías?

¿Qué sentirías si supieras
que a tu novia
un hombre la tuvo que correr
de su depa,
para poder quitársela de encima?

¿Cómo la verías?
¿Cómo te ves?

Muchos hombres han insistido.
No es nuevo.
Cuántos otros me han dicho:
Pensé que tú también querías,
cuando obvio no.

El que me quiero coger
lo sabe.
Porque le digo:
Te quiero coger.
Y le digo:
Me gustas.
Y le digo:
Te quiero ver.

Tú solo llegaste,
ignoraste mi charla
y te empezaste a acercar.

¿Qué parte de yo
hablando de otro
era un plan para seducirte?

Me molestó
que insistieras tanto
en no verme,
en no escuchar,
en no entender.

lunes, julio 07, 2025

No es terrible

No es terrible
querer tocarte.
Así que no me culpo
por ello.

No me castigo
por desear tu deseo,
ni por pedirte
que vengas.

No me preocupa
parecer un tanto boba,
demasiado disponible.

Lo estoy.

Nada de malo
con esperar,
sugerir, 
coquetear,
y capaz hablar de más.

¿Qué más da?
Es mi verdad.
Quiero que me toques.
Y te quiero tocar.

sábado, julio 05, 2025

Sube

Llevaba demasiados años
de no subir
a un depa
solo para ver
a un hombre.

O no lo sé.
Hay cosas que,
simplemente,
ya no recuerdo.
Ya no me importan.

Las otras veces,
los otros pisos,
las otras puertas...
no aparecen
en mi memoria.

Sube,
dice el mensaje.

Y subo.
Timbro.
(Él) abre.
Y así empieza la tarde.

Y de otras tardes,
noches,
mañanas,
que (seguro) aquí
escribí,
ya no retengo nada.

viernes, julio 04, 2025

Un algo

Entró con miedo,
como un vampiro no acostumbrado a su rutina,
como un hombre casado visitando a una ex novia,
como si temiera reventar una burbuja.

No había burbuja.
Solo paredes decoradas
con ilustraciones
y fotografías tomadas por amigos.

Fruta,
dos gatos,
luz cálida.

—Tu depa es hermoso —le dijo.
Su voz se rompió
en la última o.

La última o delató
todo el terror que llevaba adentro,
el dolor de sentirse
ya olvidado.

Ella lo observó.
De sus ojos no se escurría
ni una palabra.

Ojos marrones, enormes,
llenos de silencio (para él).
Sus ojos normalmente cantan,
sus ojos casi siempre sonríen.

—En verdad, es hermoso —repitió.
Porque pensó que tal vez ella
lo había imaginado
otra de sus mentiras.

—Lo sé.
Es mi casa —ella contestó.

En su voz,
un algo frío,
o serio,
o sencillo,
o limpio.

Un algo
que él nunca sabrá descifrar.

El algo que ocurre en la voz
cuando alguien te miente
y decides citarlo en tu depa
para dejarle saber
todo lo que piensas
de todo lo que hizo,
y todo lo que nunca
lo volverás a respetar.

viernes, junio 27, 2025

Te soñé

Te soñé.
Pero solo eras una mano
que se deslizaba desde mi espalda
hasta una parte calientita de mi alma.

martes, junio 24, 2025

Ñom

Amo salir a cenar,
que alguien invite algo.
Es lindo,
como si los años de gente diciéndome que hablo demasiado
por fin se derritieran.

Me encanta sentir que mi charla se paga con comida.
Sé que hay otras cosas,
otras agendas,
intereses,
fantasías,
pero no me importa.

Cuando era pequeña
soñaba con ser un hombre de negocios,
solo para recibir en Navidad
canastas de comida y fruta.

Supongo que esto es lo más cerca que he llegado:
no soy un hombre de traje y zapatos bien boleados,
sino una mujer que hace preguntas,
escucha, sonríe,
y come un montón de alitas
mientras de cuenta de Uruguay.

lunes, junio 23, 2025

Lo imagino así:

Hace mucho tiempo, más de veinte años, me dio un pedacito muy brillante de él
(los pedacitos de juventud que uno regala, suelen brillar).
Y yo lo guardé.
Lo guardé bien.
Junto a otros pedacitos:
el del exnovio que aún extraña a mi mamá,
el de mi primer mejor amigo,
el del primero que me regaló una flor,
el del chico ese que solo me hablaba en una de cada cuatro fiestas.

Y cada vez que algo grande pasa en su vida, regresa.
Viene a verlo.
A ver si aún lo conservo.
A ver cómo lo sostengo.

Le gusta observar su pedacito de juventud brillar en mis manos.
Lo calma.
Se reconocen: el pedacito y él.
Pero no se lo lleva.
Le da miedo perderlo.
Me lo deja. Y se va.

No vuelve a buscarme, por un buen rato.
Hasta el siguiente dolor.
La siguiente crisis.
El siguiente desamor.

Hey! ¿Cómo vas? Hace tiempo que no hablamos.
Aparece en mi celular.

Saxo

Cada que escucho un saxofón, 
recuerdo tu historia noventera, 
esa en la que decías pensar que era el instrumento más sensual.

Yo también lo creía por aquellas fechas, 
pero mi madre se negó.
Decía que era una mala inversión… 
o tal vez pensaba que era demasiado poder para una chica como yo.

Mis sueños de seducir a todo sexto grado quedaron frustrados.

Spicy Tuna Mess

Hay una cena que me hago
cuando quiero recordar que soy humano.
Empieza con arroz japonés,
y lo preparo un poco como lo hacía mi hermano.

Lleva mayonesa (de la que siempre compro, nada especial).
Sriracha, que dejó mi ex.

Ajonjolí, que yo misma me pongo a tostar
como me enseñó mi papá.
Aceite, vinagre,
alga cortadita, que me recuerda
a cuando hacía confeti para Bastián.

Es un caos, nada estética,
pero Bagú dice que se ve linda.

Es una receta que me hace recordar a otros,
y me hace verme,
y me alimenta,
y me alegra.
Y siempre la acompaño con cerveza.

Ayer

Caminé sola, por horas, 
sin un rumbo claro,
sin avisarle a nadie. 

y reí mientras caminaba, 
pensando pendejadas. 
Recordando, imaginando, 
metiéndome en fantasías. 

Pisé algunos charcos que no vi, 
pisé algunos charcos
que me dieron ganas de pisar. 

Me detuve a ver el cielo,
a sentir la lluvia, 
sentirla acomodarse en mi ropa. 
Observé cómo las gotas
resbalaban por algunas flores y hojas.
 
Jugué con mi paraguas. 
Miré a quienes me miraba.
Le sonreí a perros, saludé bebés. 

Pensé en ti, pensé en otros. 
Recordé algunas ciudades, 
me inventé algunos planes.  

Caminé sola, por horas,
Como una mujer demente,
como una mujer soltera. 

domingo, junio 22, 2025

Bulletproof

Bulletproof,
no soy. 
Siempre carnosa 
y soft,
lista para dejar entrar la bala.

Penetrable, pues;
con órganos vitales, 
huesos 
y grasa. 

y no deseo cambiar.

Me gusta que la alegría se sienta,
que las cosas buenas se conviertan 
en gritos, 
mejillas rojas,
sudor. 
Recuerdos.

y que todo lo demás,
también tenga su lugar.

Si te dejo entrar
por mi pecho, 
a la mitad de mi torso,
sé que me puedes lastimar. 

Pero bulletproof 
no soy.

Me gusta dejarte pasar,
sentir tu invasión 
y observarla;
ver si se infecta, 
o si la puedo disfrutar. 

¿Por qué lo dejas pasar?

¿Por qué lo dejas pasar?
Cuando en sus párpados lleva 
una otra vida
y cada que cierra los ojos
regresa allá. 

Eres talentosa. 
Tus manos hacen de más.
Pero, la faena solitaria,
de devolverle al silencio la calma,
temo que (junto a él)
no la podrás lograr.

viernes, junio 20, 2025

In Bloom

Muy como los cerezos de Japón,
el hombre del momento aparece en flor:
impresionante, magnífico,
frágil.

Y vivimos unos cuantos días,
semanas, quizás meses,
si tenemos suerte.

La vida, siempre llena de florecitas,
de personas nuevas
con historias fragantes,
que se instalan un instante
y, un día, simplemente,
no estarán.

jueves, junio 19, 2025

La mejor mamá del mundo

No me siento genial.

No me siento la mejor, 
la mejor mamá del mundo 
como me llamas cuando no te quieres dormir 
y quieres que te lea otro cuento, 
o te expliqué más de insectos, 
o de nubes, o del tiempo. 

No me siento capaz, 
segura, letrada...
como veía a mi madre 
cuando tenía tu edad. 

Y no me siento 
agresivamente productivo, 
creativo, alerta,
como sigue siendo mi padre
cada que estoy en casa. 

Me estreso por la ropa tirada, 
cuando podría estarte cantando. 
y a veces no hago verduras, 
porque comer fuera es más sencillo. 

Y me quedo dormida  
(eso a mi padre también le pasaba)
cuando debería estar lavando platos.
En casa de mis padres, 
los platos siempre estaban limpios, 
y los pisos, trapeados. 

La mejor mamá del mundo
te da medicamento, 
te acurruca, 
y se queda viendo el techo,
preguntándose cómo logrará hacerlo. 

sábado, junio 14, 2025

El mar II

Llegas momentitos y te vas.

Hace mucho, en la playa, me asusté
porque el mar se había ido.

Algunos pulpos quedaban entre piedras;
los localeños los atrapaban para cenar.

Yo, niña criada por la televisión,
pensé que eso del mar era señal
de un tsunami, algo terrible.

Pensé que debíamos escapar.

Mi padre me calmó.
En esa playa, las cosas eran así:
todas las mañanas, el mar llegaba;
todas las tardes, se desaparecía.

Y en su huida, olvidaba algunos pulpos,
ostiones, cangrejos.

Un mar particular,
pienso cuando apareces.

Un lindo mar,
extraño y natural…
cuando te vas.

jueves, junio 12, 2025

La posibilidad

Extraño la posibilidad
de tus ojos
mirando los míos,
acostados.

Ojos marrones
observando ojos marrones,
en silencio,
llenos de deseos y secretos.

Ojos que anuncian sonrisas,
y dormitan por la mañana.
Ojos que se abren y comen
toda la luz de la ventana.

Cosas que una piensa los jueves

¿A dónde se va el amor
que se aburre de solo estar?

Ese amor que espera
setenta y cuatro días,
pero no uno más.

¿Qué nube formaron
mis ganas de verte,
cuando por fin dejaron
este marecito corazón?

¿Qué forma tendrá
esa nube nutrida
por lo que ya no está?
¿Un perrito rechoncho,
algo como un dragón,
o un borrón
sin mucha gracia?

Mi hijo

Le expliqué que, cada que amamos,
debemos aceptar que, un día,
ese amor podrá sentirse como dolor.

Le conté de mis amigos que ya no están,
de cómo siguen aquí adentro,
de cómo aún les cuento cosas
y río con ellos.

Le prometí
que, cuando yo muera,
un pedacito de mí se quedará con él
por siempre.

Y él, callado,
queriendo llorar,
pensando en mi muerte.

Le pedí que me dejara existir
los años que me toquen.
Lamenté no poderle prometer
una cantidad exacta,
no poder decirle la edad que tendré, al final.

Pero hicimos un trato:
de amarnos,
contarnos cosas,
pedirnos perdón
y perdonarnos;
de jugar, de reír,
de comer cosas ricas, viajar…

Hicimos un trato de vivir,
el tiempo que nos quede,
vivir.

sábado, junio 07, 2025

Telegrama

No es un telegrama, 
si alguien me interesa
no ando contando mis palabras.

miércoles, junio 04, 2025

Otros hombres

—¡No lo entiendes, Gerald! ¡Esto siempre será importante!
Le grito,
enfatizando mi seguridad, mi energía,
solo para hacerlo sonreír.
Funciona.

Afuera, el bosque existe.
Está lleno de luz y de frío.
Es marzo,
el único marzo de mis 18 años. 
Gerald observa los árboles 
que parecen huir del tren en el que vamos, 
sigue sonriendo 
y empieza a hablar.

—No, no será así.
Regresarás a tu vida,
irás a fiestas,
conocerás otros hombres,
amarás diferente.
Siempre lo recordarás,
pero cada vez será menos,
y menos frecuente.
Un día,
te darás cuenta de que llevas años sin verlo.
Él, y este sentimiento,
te habrán dejado.
Cuando tengas mi edad,
te acordarás de este momento,
y vas a reír.
Eres joven.

Gerald cierra los ojos un momento.
El sol, filtrándose entre los árboles,
insiste en aterrizar sobre su cara.
Lo entiendo, sol.
Si pudiera,
yo también me echaría ahí.

Con sus ojos azules cubiertos,
sigue sonriendo.
Tiene 27 años.
Aunque lo veo como un señor,
admito que es el señor más atractivo que conozco.

Lo veo perderse un poco del momento.
Imagino que está recordando sus 18,
y el amor de entonces
que ahora asegura haber olvidado.

—No Gerald, eso no va a pasar. 

La risa de aquel alemán
llena el vagón.
Me emociono.
Y sospecho que tiene toda la razón;
amaré a otros hombres, 
de otras maneras.

Ask Again Later

Ni puta idea, responde la bola 8. 
Nunca antes había contestado eso. 
Según yo, tenía solo veinte respuestas,
y todas eran en inglés.

Ni puta idea.
Vuelve a contestar.
¿No hay más?
¿Nada de concentrarme y volver a preguntar?
¿Nada de un “puede ser”, o un “búscate a otro”?

Es miércoles,
y hasta mañana tengo terapia.
Ni puta idea, pienso.
¿Cómo me hace sentir eso?

martes, junio 03, 2025

Mentira blanca

Hoy le enseñé la palabra titubear.
Tiene siete años
y aún no la había usado.

Me dijo:
Sabía que debía mentir,
pero no fue fácil;
las palabras
no querían salir de mí.

Dos

Caminamos por la ciudad,
encontrando pequeñas cosas que amamos:
una mariposa, semillas,
flores con mucho polen.
Le señalo algunos higos,
me pide fotos de charcos.
Caminamos.

Una familia de dos.
Nunca nos imaginé,
pero ahora se siente correcto.

Dos para hablar cara a cara,
o andar lado a lado.
Dos caben bajo un mismo paraguas.
Dos pueden compartir una pizza,
o lograr un simple intercambio de helados:
él siempre pide maracuyá,
y yo siempre pido lo que él en realidad quería.

Caminamos por la ciudad
y hablamos.
Confiesa su primera mentira blanca,
le cuento de mi infancia.
Me pregunta sobre cristales,
y luego me explica cómo será de grande.

Una familia de dos.
Así no lo había planeado,
pero aquí estamos.

El mar

Cuerpos recién bañados
que se vuelven a poner lo de ayer, 
una linda tradición. 

Aretes en la bolsa, 
el cuerpo aún guarda tu fuerza,
como después de un día de olas:
uno se duerme sintiéndose aún en el mar.

Piernas ya lejos de piernas,
cuerpos, ya cada uno con su olor. 
Pieles por fin secas, 
aunque el cabello 
(y el recuerdo) 
siga mojado. 

lunes, junio 02, 2025

Platitos de cartón

En la mesa para niños 
porque no supe mantener un matrimonio, 
no supe ser más interesante, 
o necesaria. 

Con platitos de cartón, 
y pequeñas rebanadas de pastel. 
Hablando con los niños sobre sus vidas, 
porque pues ¿Qué le vamos a hacer?

Noice!

Y el ruido lo escucha atento
(el ruido se esfuerza por dejar de ser ruido un rato).
El caos lo ve a los ojos,
porque sabe que así se debe hacer.

Y eso lo hace titubear.
Capaz la historia no es tan interesante,
capaz el relámpago se le va.
Capaz todo esto de verla de nuevo
es algo que podía esperar.

Lo pone nervioso, mucho.
Pero ama invitarle cervezas a esta tormenta.
Ama verla intentar ser neblina un momento,
controlar el viento de sus ojos
y el silbido de su sonrisa.

Sigue con su historia,
sobre pasaportes y pases de abordar...
El desorden se distrae,
alguien más ha entrado al bar,
el corazón salta,
el incendio, el sismo, el huracán se le va.

Los ojos del caos vuelven a él,
y todo vuelve a ser belleza.
Él, de nuevo, es hombre;
y ese rayo, por unos segunditos,
es una mujer alegre y sonrojada. 

Lo

Quisiera encontrarte en una fiesta,
pero casi no salgo,
y menos tú.

Quisiera vernos,
ganarme tu sonrisa,
enseñarte mi nuevo baile
(te gustaría, te haría reír).

Quisiera encontrarte un rato,
y verte partir
sin miedo,
como la última vez.
Sin sospechar,
que eso de encontrarnos
ya no pasará.

Aquí

Cuando estés listo,
y quieras hablar.
Cuando sepas qué pasó,
tengas dudas sobre mí,
quieras saber de mi vida,
o escuchar sobre mi felicidad.

Cuando necesites pedir perdón,
quieras ser escuchado,
quieras verme poniendo atención...

Aquí estaré,
en la misma dirección,
lista para decirte
que te vayas.

jueves, mayo 29, 2025

Claro

Si lo dices claro,
entiendo.
No reniego.
Sigo con mi vida,
y eventualmente
sano.

lunes, mayo 26, 2025

Acompañada

Nunca faltaron manos delicadas que me maquillaran,  
vestidos prestados, halagos.  
Momentos de peinarnos mientras tomábamos cerveza  
y repasábamos los planes para la fiesta.

Siempre tuve mujeres que me enseñaron  
a contar mis historias  
con menos interrogativas  
y más signos de exclamación.

Mujeres que revisaron mis escritos,  
y me enseñaron a tejer.  
Mujeres que me mandaban cartas  
llenas de brillantina y stickers.

Las que lloraron a mi lado,  
las que me apapacharon cuando no supe llorar.  
Nunca peleamos por un hombre,  
nunca algo tan cotidiano  
interrumpió aquello mágico.

Me acompañaron en el embarazo,  
abrazando mi cuerpo cansado.  
Y aunque yo no tuve hermanas,  
mi hijo tiene tías.

Y de ellas, el pequeño aprenderá  
más formas de leer, reír, bordar,  
de escuchar y contar aventuras.  
De ellas yo seguiré entendiendo
 otras formas de amar.  
Y él me observará querida y cuidada,  
tranquila, sonriente.  
Acompañada.

viernes, mayo 23, 2025

Aquí mi plan

Quiero escribir, amigo. 
¿De ti? 
tal vez. 
De otros, capaz. 

Quiero escribir de lo que es 
hablar con ritmo de trote, 
reír fuerte, 
aunque tal vez podría llorar. 

Quiero vivir, querido,
madrugadas de ruido contigo. 
Quiero explorar el silencio 
que a veces nos encuentra 
observando el mismo cielo. 

Caminar todas las ciudades, 
las que nos amaron,
las que nunca quisimos dejar atrás.

Pasear horas en el mismo turibús, 
sin planes de bajar,
dejando que el viento
le informe a nuestras caras 
todo sobre la felicidad.

Quiero estar.
Estar contigo,
¿Y con otros?
Capaz.

jueves, mayo 22, 2025

Da heat

It´s effin hot. 
Desde la mañana 
hasta la siguiente madrugada, 
cruzando por dos pesadillas.

Todo el día frente al ventilador,
intentando olvidarte,
pero hay demasiado pinche calor.

miércoles, mayo 21, 2025

Otro más

Creo que le dio miedo mi cuerpo,
mi cuerpo que no quedaba satisfecho 
solo con la presencia del suyo.
Creo que le aterraban mis palabras,
que pedían a las suyas ser claras.

Y prefería no saber de mis amigos,
de quiénes habían sido amantes.
Decía que le gustaba dialogar los problemas,
mejorar,
pero cada vez que señalaba uno,
se defendía.
Se irritaba.

Total que me cansó. 
Hombres incompletos hay muchos,
demasiados.
Hombres sin mucha charla,
a los que yo tengo que entretener,
andan por el mundo de a montones.

No es necesario apreciar uno sobre los otros, 
cuidar a uno en especial.

Hay muchos,
muchos, muchos
muchos hombres
que no saben hablar.

sábado, mayo 10, 2025

20, 000 Raspatitos

Mi hermano se pedía un sundae, de esos monstruosos con helado, plátano, chocolate y nueces.

Costaba 22 pesos. Yo nunca entendí su afán; supongo que, para él, era simplemente vivir la vida al máximo. Pero para mí, era una ecuación absurda: mucho antes de terminarlo ya estaba empalagado, los sabores se mezclaban, y el plátano acababa triste, todo revuelto.

Después de pedir ese ridículo sundae, mi mamá volteaba y me preguntaba qué quería yo.

—¿Me hubieras comprado eso? —le preguntaba yo.
—¡Claro! ¿Quieres uno? —contestaba toda llena de amor.
—No. Quiero 22 Raspatitos.

Y mi madre me veía, aterrada.

Mi lógica era simple: si me iba a comprar 22 pesos de esa aberración, entonces podía comprarme 22 Raspatitos de a peso. Me daban tres bolsas: una con 7 de limón, una con 7 de uva, y una con 8 de grosella.

Siempre he recordado esta anécdota desde mi punto de vista: criticando la elección de mi hermano, cargando orgullosa mis bolsas de Raspatitos, triunfal.

Pero ahora que soy madre, a veces lo veo desde los ojos de mi mamá.

Un hijo con un helado gigante derritiéndose por todos lados; otra con tres bolsas llenas de raspados de colores y una cara de arrogante satisfacción.

Mi pobre madre.
En medio de todo, pagando demasiado por la sencilla idea de invitarnos un helado.

Feliz día de las madres, mamá.
Gracias por esa vez no dejarnos notar tus sentimientos.
Gracias por cargar con nuestras locuras y deseos.
Te quiero mucho, eres como una bolsa con veinte mil Raspatitos.

jueves, mayo 08, 2025

Si Dios quiere.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando decidas que quieres verme
y vengas.

Pensar en un destino,
en todos los posibles caminos,
esperar un momento divino...
O aceptar que soy mortal,
y, si no te apuras,
un día solo me podrás extrañar.

Nos veremos cuando tú quieras,
cuando yo pueda,
cuando hagamos el plan.

Y, dependiendo de cuándo eso sea,
nos veremos casados o divorciados,
con hijos,
de día, con la luz del sol espiando,
o de noche,
sin un deseo claro.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando yo te llame...
y te sepa vender la idea.

miércoles, mayo 07, 2025

Done

Es un buen filtro, el blog. 
Supongo. 
Nada como dejar que otros vean lo que vive adentro.
Dejar que me imaginen con vida propia, 
con deseos,
con historias. 

Nada como esto para despertar el trauma en algunos.
Cuando se sienten pequeños, entonces gritan fuerte, 
o se sienten insignificantes y buscan doler. 
Como artista no vales nada,
me dijo,
le contesté: 
Ok

Y me quedé pensando en eso. 
Que limitado repertorio de humanidad. 
Creer que de mí, 
lo de ser artista 
sería el punto a criticar. 

Pero lo de ser artista me vale, 
lo siento, pequeño. 
Tengo otras cosas que me dan significado, 
y tengo veinte años escribiendo. 

¿Crees que eres el primer hombre en criticarme? 
Para nada. 
Hubo otros. 
Muchos más cercanos,
y por razones más osadas. 

Lo de “artista” no me hace. 
Mi arte está en otras cosas; 
en ser madre que ríe fuerte, 
amiga que interrumpe pero también abraza. 
En ser un humano decente. 

Un humano intuitivo y empático
que puede ver (con claridad)
que de niño alguien te soltó la mano,
te miró a los ojos
y te hizo sentir que no eras amado. 

Lo siento, diminuto hombre, 
tu tiempo ha terminado. 

martes, mayo 06, 2025

Biología

No se me da ser misteriosa.
Soy abierta,
como aquella rana de Biología.

Si quiero verte, te lo diré.
Si quiero escucharte,
buscaré cómo empezar la charla.

Te preguntaré qué harás el fin de semana
y no será por solo preguntar;
será porque quiero hacer algo
contigo.
No con un alguien. Contigo.

Te diré: quiero conocerte,
quiero volver a verte
o (si llegamos a ello)
quiero lamer tu cara.

Así, sin mucha sutileza, 
directa, porque el entre líneas se me escapa. 
Expuesta,
como aquella rana.

Hi

Hey, hi. 
Quisiera conocerte. 
De preferencia no ahuyentarte. 
 
Hey. 
Buenos días
Buenas noches

Un ya dormiré
o logré correr 6k
Charlitas pequeñas,
momentitos humanos, 
y algunas preguntas. 

¿Cómo estás?
¿Qué comiste? 
¿Qué harás hoy? 


Y mi alma se escurre en miedos.

No quiero perder tu atención 
y no sé cuánto de ella hay, 
¿Cachitos, gotas, mares? 

Holis,
¿Cómo vas? 

sábado, mayo 03, 2025

No puedo

Necesito descansar.
Depositarte aquí un rato,
Soltar la costumbre de pensarte.

Dejar de preguntarme si tus ojos son miel de abeja,
o callados como el mar,
o lejanos como los sueños,
o simplemente perfectos.
Dejar de verlos en todas partes:
cuando recién despierto,
cuando no quiero dormir.

Necesito no cargarte más.
Andar sola unos días.

Pero para eso tengo que escribirte,
darte un nombre, 
narrar lo que siento.

Y no puedo.

No tengo el vocabulario.
¿Cómo se llama una persona
con la que despiertas cada día
pero con la que nunca has estado?
¿Fantasía?
¿Solo eso?

Delirio, problema, romance, novela…
¿Cómo te escribo sin acusarme?
¿Cómo nos narro sin darme cuenta?

viernes, mayo 02, 2025

Vidrio marino

Dos veces al año nos juntamos. Nuestra pequeña tradición para acomodar planetas, historias, hombres y mujeres. 
Para lograr que todo vuelva a la escala correcta.

Se ríe a carcajadas cuando le cuento sobre el último hombre que me prometió algo. 
Hace preguntas, confundido por lo que imaginé, por lo que creo que él estaba pensando.

Él, que también es hombre, intenta darle un contexto. Pero no es como ellos, y su contexto siempre es más sano, humano, real, amigable y tierno. 
Y se nos escapan las otras personas, pero es rico dejarlas ir. No entenderlas por completo. 

Yo me espanto de sus mujeres. Qué intensas parecen cuando alguien más te las cuenta. Qué frías, atrevidas e irresponsables suenan. Intento imaginar sus formas de querer, los códigos, los miedos que las hacen reaccionar como yo juro que nunca hubiera reaccionado. 

Al menos eso me digo, que soy diferente, que al amar simplemente amo.

Pasamos horas narrando, disfrutando. Como niños en la playa que se pasean buscando caracolas, cangrejos o vidrio marino; buscamos en el pasado del otro pedacitos brillantes para guardar, momentos ridículos, amores chuecos, y seres absurdos. 

Y poco a poco se nos ajusta la vida. Nos sonrojamos por la cerveza, nos atragantamos con las burlas. Nos preguntamos si estamos bien. Y nos prometemos nunca dejar de intentarlo. 

Nos damos un beso, un abrazo, y nos despedimos. Cada uno para su lado. 

Cordialmente invitado

Una invitación formal
a pasar un rato sobre mí, 
o a mi lado. 
Puedes elegir. 

Una pequeña reserva para una mañana, 
o una noche, 
o todo un día. 
Lo que tú digas. 

Solo necesitamos estar libres ambos, 
y con ganas, relajados, 
supongo bañados (aunque no es al 100 necesario). 

Podemos pedir comida o no comer, 
tomar una siesta, hablar un rato. 
Una invitación formal a simplemente estar, 
tenerme y disfrutarnos. 


+1

 Aquí vas tú,
y en el siguiente post irá un otro. 

jueves, mayo 01, 2025

Un momentito

Pensé que te había visto, 
comiendo helado, 
pero tus ojos no se pueden imitar. 

Me dejé creer, 
por un rato. 
Estar en la misma calle, 
a segundos de saludarnos. 

Te dejé existir un momentito, 
aunque no eras, 
y nunca más serás.

miércoles, abril 30, 2025

Notitas y cigarros

No quedaba más que hacer 
así que también nos prendimos un cigarro;
como lo hacíamos de chicos, 
cuando queríamos ser sofisticados. 

Era domingo y ya todo había pasado. 
El viernes con su drama, incoherencias; 
el sábado de fiesta, manos intensas.

Estaba hecho. 
La semana empezaría a ser editada y olvidada 
con esa mañana. 

Aún con la ropa con la que dormimos, despeinados; 
un vaso con cerveza en la mano izquierda, ambos,
y el cigarro en la derecha. 
Hicimos nuestra reunión en el balcón.

Los pajaritos andaban apurados haciendo nidos. 
El tráfico ligero avanzaba sin problema, 
ruidos de ciudad que descansa.  
Mujeres con carriolas, algunos deportistas. 

Y en el balcón intercambiamos historias: 
quién llamó a quién a qué hora, 
los mensajes que fueron enviados,
las palabras exactas, los celos, las miradas, 
los chismes que fueron recopilados. 

De jóvenes, en el salón, 
todo esto lo escribíamos en notitas. 
Él le pedía a José que me las pasara, 
sabiendo que lo molestaba no ser parte de la charla.

Ahora José quién sabe dónde anda. 
No está en medio de los dos quejándose. 
Los maestros ya no nos regañan. 
Podemos hablar libres toda la mañana. 
Podemos hacerle lo que queramos a nuestras historias de la semana. 

martes, abril 29, 2025

Demasiado tarde

Le contaba a un amigo, 
que le conté a una amiga, 
que estaba pensando
que tal vez ya es demasiado tarde. 

Pero también le conté que me contestó 
que ella no lo creía así, 
y él tampoco lo creyó así. 
Y ambos en su propio momento
me aseguraron que aún había tiempo. 

Pero el tiempo es más extenso 
cuando se habla de la vida de otros,
y para ellos, yo soy un otro. 

Yo lo sé, 
sé la cantidad de semanas que tomaría volverte a ver,
y la cantidad de intentos que se necesitarían 
para regresar a una tarde como aquella. 

Cuántos silencios son necesarios 
para encontrar justo ese silencio.
Frente al mar. 
Con esa calma. 
Cuántas palabras tendría que combinar 
para encontrar, otra vez, 
esa sonrisa en ti.

Y mientras, 
sobre el mar hay cielos azules 
que se hacen naranjas,
con nubes rosas y sonrojadas. 

Cielos que luego llegan al casi negro, 
y se quedan quietos. 
Y esto se repite sin parar. 
Sin que estemos frente a ellos, 
intentándolo de nuevo. 

Solo puedo esperar

Espero no estés aquí, 
leyendo. 
Sería un poco incómodo,
para ti. 

Para mí, es lo que es. 
Palabras, ficción, 
y finales, 
y un poco de rencor. 

El resultado después de
una otra que al final no salió 
sobrando, 
una yo que lo veía venir, 
demasiadas fantasías de tu parte, 
o delirios, 
o ¿terror?

Ojalá no estés aquí. 
No quiero que veas lo que hay adentro. 
Este pequeño mundito 
que me escribo cada día, 
ya no tiene lugar para ti. 

Hush

El silencio,
y la vista desde tu cama.

El tiempo bien usado
(solo hay poco,
y no lo puedo derramar).

Y las promesas:
fantasías,
pequeños planes,
algunas comidas.

(Me gusta 
esto, 
todo esto). 

lunes, abril 28, 2025

No necesita más

Una pequeña me sonríe de lejos.
No está decepcionada.
Una pequeña yo,
con los pantalones llenos de tierra
y el cabello rebelde.

Sus ojos grandes brillan,
feliz.

Porque no salimos al mundo buscando un amor épico.
Eran otras cosas.

La pequeña yo hace esa sonrisa exagerada y boba
que hacemos cuando amamos
y queremos hacer reír.
Después, vuelve a su juego.

No le tengo que explicar.
Ella sabe.
Sabe que nos esforzamos,
sabe lo que tenemos,
lo que perdimos,
lo que nunca llegó.

No necesita más.
Para ella, he cumplido con mi parte del trato.

viernes, abril 25, 2025

Otra ronda

Salir,
y comer,
y tomar. 
y explicar. 

De dónde vengo, 
y quién soy. 

Estar, y pedir algo. 
Una cerveza, 
o dos. 
Si llegamos a cuatro sería demasiado
(lo he comprobado).

Escuchar, 
y hacer preguntas. 
¿Con quién estoy compartiendo la mesa?

¿Y qué busca?
¿Qué piensa de mí? 
¿Qué teme?
¿De qué huye? 
¿Cuánto esperará para desesperarse?
¿Qué hace en sus ratos libres?
¿y cómo sería si decidiera amarme? 

Y salir,
comer, 
repetir la noche con alguien nuevo. 

sábado, marzo 29, 2025

La ausencia de algo

Salimos el viernes porque ninguno tenía plan;
y ambos lo intentamos, 
pero Bumble está lleno de mujeres scam
y hombres callados. 

La ausencia de algo nos pone todos cachorros,
necesitados y activos. 
Perdidos, intensos, 
tratando de llegar con gloria al sabadito. 

Mute

Espero se te olvide cada detalle de mi cuerpo,
mi voz, 
los apodos que te regalaba. 

Espero convertirme en una sombra que no pueda ser llamada,
un algo que nunca te conteste, 
un espacio lejano ausente de mirada.

viernes, marzo 28, 2025

La abuela

La abuela empezó perdiendo los detalles de sus días.
Olvidaba desayunos, siestas, deseos. 
Pero nadie lo notaba, 
porque nunca nadie registró lo que comía o cuánto dormía, 
mucho menos lo que anhelaba.

La abuela pasó 3 años olvidando por su cuenta.
Sin nadie a quién contarle sobre esa nube en la que vivía, 
ese tiempo sin consecuencias;
tardes que llegaban sin aviso, 
mañanas que se sentía de varios días, 
platillos y personas que se esfumaban.

jueves, marzo 06, 2025

Placeholder

Aquí iría tu escrito, 
que aún no he terminado
y que no creo me atreva a publicar.

martes, marzo 04, 2025

Y olvidar

Fue un algo, 
tal vez. 
Un momentico fugaz. 
Fue que casi, por nada, estuvo a punto de funcionar. 

Aunque no tan a punto, 
faltaba mucho, 
pero parecía tener futuro. 
Parecía al menos. Por un ratito. 

Un poquito tal vez. 

Era algo diminuto pero feliz, 
y constante, 
y honesto. 
Dentro de lo que cabe, 
dentro de lo que fue. 

Un poquito de algo.

Pero luego no. 
Y luego ya. 

Solo queda escribirlo 
y olvidar. 

Deseos

Quiero olerlo dos horas, 
en silencio. 

Overshare

No habrá segunda cita, 
pero ahora alguien más de este mundo sabe que mis amigas se esforzaban por alaciarme el cabello, 
y mi cabello nada más no cooperaba. 
Y sabe que alguna vez estuve a punto de morir ahogada 
por intentar aprender a surfear,
y sabe que odio que los hombres me regañen por no saber bailar. 

Ahora, además de mi maestra de prepa, 
alguien más sabe que aprendí a programar, 
pero mis programas siempre tenían un paso de más. 
Ya no solo Pedro sabe que por las tardes, 
subía al taller de física a verlo trabajar.

Una persona más en este mundo sabe que amo las canastas de regalos, 
que quería crecer a ser un pequeño empresario, 
solo para recibirlas en Navidad. 
Que me mandaban a servirle Whiskey a mi papá, 
y lo probaba deseando un día disfrutarlo, 
pues pensaba que esa sería la señal de que ya era un adulto que valía algo. 

Alguien más sabe que prefiero la cerveza, clara, para tomar más. 
IPA si es necesario, pero estoy cansada de las salidas a las cervecerías, 
prefiero solo caminar. 

Alguien tendrá que guardar el secreto de que no amo el punk, ni el metal, 
y apenas soporto el ska. 
Y tengo algo con los olores, 
no me gusta el olor corporal. 

Nunca nos volveremos a ver, 
pero anda por ahí, 
sabiendo que como soy del norte la gente pensaba que siempre estaba enojada. 
Porque soy directa 
y si me pregunta qué pienso, pues pienso contestar. 

No habrá segunda cita. 
Y a lo mejor hablé de más. 

También le conté que escribo, que capaz podría llamarme poeta. 
Luego reí, porque no lo pienso así. 
Y tomé café, y seguí hablando. 
Le conté de la prepa, 
de cómo no aprendí a tomar. 
Le conté de crecer en una ciudad pequeña. Y luego viajar. 
Le conté de Uruguay. 

Y alguien por ahí, 
en esta enorme ciudad.
Sabe que me gusta su cabello, 
y que algunos domingos edito.
Y que, 
tal vez, 
simplemente no sé callar. 

Reflejos

¿Qué veo en sus ojos? 
Reflejos.

No sé leer pupilas. 
Nunca aprendí. 

Pero en su voz hay deseo, 
porque va y viene, como la de los pubertos. 
La intenta regular tosiendo un poco, 
tosiendo bajito para no incomodar. 

Dejo que haya silencios, tardo en contestar. 
Me gusta que no sepa bien cuándo debe hablar. 

Está nervioso. 

Sus enunciados empiezan por la mitad,
y no terminan por completo.
Divaga, pensando en la cama. 
Divaga, pensando en los centímetros que nos separan.
A veces acerco mi pie, traga saliva. 
Lo alejo. Respira. 

¿Qué veo en sus ojos? 
Reflejos. 

¿Qué ve en mis ojos? 
Me pregunto si él sí sabe leer pupilas. 

sábado, marzo 01, 2025

Mon cœur

No le tomé fotos a sus ojos (aunque quería), 
porque no le gustaban las fotos. 
No le gustaba tener que verse.

No tengo impresos de su sonrisa. 
Nada, ni una, ni media, 
ni un cachito asomándose detrás de otro amigo.

Así que me conformo, y veo sus ojos cuando cierro los míos. 
Y dejo que su sonrisa me arrulle cuando estoy cansada. 

No nos quedaron más momentos, 
así que camino callada, 
imaginando que su amor me sigue.  
Y escucho su risa cuando bailo como boba. 
Y cuando veo a mi hijo, me invento cuánto lo hubiera querido. 

Y no le hablo, pero le escribo.

sábado, febrero 22, 2025

O, tal vez, no

Me regaló un juguete de su infancia, un diminuto cachorro de nariz casi borrada. 
O, tal vez, no. 
Tal vez no tuvo juguetes de niño. 
Tal vez el cachorro se lo dejó algún vecino, 
o era un juguetito compartido de otra relación, 
o lo encontró en la calle, 
o lo compró de una venta de garaje. 

Porque mintió. 

Mintió sobre otras cosas;
sobre amor, tiempo, y realidades, 
sobre dinero, fechas, y casi todos los planes.

Y el cachorro con la nariz casi borrada está en mi mano, 
callado. 

Aquí

Tan aquí, 
incómodamente desnuda en tus recuerdos. 
Incómodo para ti, digo, capaz. 
No sé. 

Pero demasiado aquí, 
o ahí, en tu mente.  

Demasiado flexible, como cualquier fantasía. 
Demasiado lista, lista de estar lista para cualquier cosa;
aunque igual supongo también de astuta.

He logrado sobrevivir el tiempo, 
comiendo nostalgia, dándole tragos a tu cerveza,
durmiendo, cuando no me piensas, en la cama que recuerdas.

Tan aquí 
y tan en otro lado, 
Con hombres que no conoces, en una cama que nunca has visto.

Demasiado. 

Mi lugar

Mientras dormías hablábamos de condimentos y gallinas. 
De amores, de flores, de carteras perdidas,
de idas al banco, y créditos.
Y todavía te preguntas si tengo compañía, 
amigas, ternura, un lugar.

Hemos hablado de borregos, gatos, nutrias, aviones.
De diplomados, sábados, doctores.

De hijos, ex esposos, novios, amantes;
de relaciones actuales, conocidos perdidos. 
De suegras, madres, hermanos,
de poemas y libros.

He escuchado detalles sobre fiestas, hoteles, recetas.
Me han descrito cocteles, cuerpos, miradas, 
dolores. 

Mientras soñabas con cualquier cosa, 
yo charlaba de hormonas, de paseos, de migrañas,
de las ganas de ser madre, el cansancio de tener un recién nacido, 
de los primeros pasos, las primeras palabras, 
los latidos. 

Hemos escrito sobre películas, música, tareas, 
becas y requisitos, 
operaciones, partos, cesáreas, 
sangre, tumores, enfermedades. 

Y al despertar te doy lástima. 
Tan sola. Tan frágil. Irrelevante. 

Te alarma mi soledad, 
esa que me has inventado
pero podrías adivinar cuántas palabras al día puede escuchar, leer, escribir, y hablar esta mujer? 

viernes, febrero 14, 2025

La cigarette

Chupeteaba su cigarro al fumarlo. 
Un algo extraño. 
Me había olvidado de los hombres que fuman, 
y de los poetas. 

Llevaba tiempo rodeada de los que salen a correr, 
se duermen temprano. 

Solía conocer a un editor que nada más como que colgaba el cigarro en su labios. 
Como si fuera nada, un cachito más de él. 
Hablaba con el cigarro colgando, 
reía con el cigarro colgando,
y explicaba toda clase de detalles sobre el tiempo y el ritmo con el cigarro en su labios.  
Se lo quitaba para darle tragos a su bebida,
y se lo quitaba para darme algunos besos. 

Yo también andaba medio colgada de sus labios. 

Pero el poeta trataba al cigarro como un evento. 
Cada chupeteo anunciaba el final de una idea,
un momento para digerir sus propuestas. 

Cuando el humo salía, él regresaba.
Se reactivaba la escena. 
El humo nos avisaba que era momento de emocionarnos y guardar silencio. 
El poeta iba a hablar. 

jueves, febrero 13, 2025

Épico y brutal

 Esto será. 

miércoles, febrero 12, 2025

Demasiado

Me dices que un día, tal vez,
y un día, tal vez suena lindo
pero también tengo hoy
(mucho de hoy).  

Me pides el sábado, 
y te puedo dar el sábado, 
pero también me queda el domingo. 
Todo el domingo. 

Me pides un poquito, 
y no sé cómo hacerme solo un cachito. 
No sé guardar silencio o quedarme quieta, 
no soy recatada, ni incierta, soy abrupta, directa. 

Soy tanto,
demasiado. 
Es una pena. 

martes, febrero 11, 2025

Una

Sonríe
y trato de recordar la última vez que una sonrisa me hizo dudar sobre mi manera de amar. 

Talvez debería amar más mujeres, 
más mujeres más seguido, 
o solo una, 
solo una hoy. 

Sonríe, 
y todo el viento que movía al mundo entra a mis pulmones y me intenta matar. 

Solo hoy, 
solo una. 
O también mañana, 
a la misma. 

El calor que creó el universo se acurruca en mis mejillas, 
y en mi vientre, y en mis manos, 
por minutos, segundos, y horas me incendio, 
como aquellas acusadas de ser demasiado felices, y andar demasiado libres. 

Desde mi hoguera la veo. 
Sonríe.

Y tal vez debería amarla, 
hoy, 
y mañana,
y todo el tiempo que me deje. 

Lover Boy

Me dijo que era genial, que lo adoraba.
Que era interesante, romántico, sensible, amable, 
muy muy hot, y encantador, uy tan encantador.  

Con un je ne sais quoi,
un olor a duraznos por las mañanas, 
y a tabaco a media noche. 

Que tenía ritmo y agilidad, 
y besaba suave, pero no tan suave. 
También sabía besar rudo.
 
Que era tierno al amar, 
y tierno al coger, 
y tierno al terminar. 

Que mientras te tomaba
armaba poemas, 
cosas sucias pero melódicas, 
que no se sentían fuera de lugar. 

Me habló de su chamarra de cuero, 
de sus tenis viejos pero en onda, 
de su cabello no tan largo, pero no cortito. 

De su piel, y su cuerpo, y su alma, 
y sus letras, y su sonrisa, 
y de todo el tiempo que pasaban
tomando cerveza y jugando a ser novios. 

Me dijo que su sonrisa podía detener el tiempo, 
y sus manos acelerarlo. 
Y su voz, su voz sonaba dentro de ella aún estando lejos, 
pidiéndole más horas, más momentos. 

Su nombre no lo recuerdo, 
solíamos llamarlo Lover boy,
un día simplemente desapareció. 

Le pregunté por él,
y me sonrió,
Nah, olvídalo. Resultó ser un cabrón. 

Y eso fue lo último de él que me contó. 

lunes, febrero 10, 2025

La espera

No quería morir, obvio. 
Y no quería saber nada sobre no poder salir solo.
 
No tenía tiempo para escuchar sobre reglas, 
o aprender de medicamentos. 
No escuchaba nada sobre su edad, sobre nuevos límites, 
sobre vivir con otros, mudarse, cambiar. 

Nos escuchaba entrar al edificio. Nos esperaba. 
A mi hijo le regalaba dos o cuatro mazapanes, los que mi hijo quisiera. 
A mi me esperaba para darme el reporte de daños; 
los nuevos dolores, las nuevas molestias, las nuevas idioteces que había hecho la enfermera. 


Y un día hubo silencio. 
Un día sin dulces ni quejas. 
Un día sencillo, demasiado sencillo. 

Y él no quería morir, obvio. 
Y yo no quería que muriera así, solo. 

Y no sé por qué, no sé bien por qué, 
pero ahora soy yo la que lo espera. 

Adulto

Se sienta a mi lado aún desnudo;
muy adulto, frágil, completo. 

Habla de lo que tiene en mente esa mañana;
algo del trabajo, algo del futuro
algo sobre miedos. 

Sonríe como reflejo cuando nota que lo observo. 
Me pregunto qué tan difícil será olvidarlo. 
Complicado, lo creo.
Pero necesario. Tal vez. 

Le pregunto si quiere café, y sí, sí quiere. 
Le pregunto si quiere tocarme, y me toca. 

Le pregunto qué pasara con nosotros en todo esto, 
en toda esta historia que cada vez empieza a sonar más como la de otra, 
y se sienta a mi lado aún desnudo. 

Tan adulto, triste, y lejano. 

martes, febrero 04, 2025

Cosas que no pensé

Nunca se me ocurrió enamorarme de él.
Iba a la playa y pasaba horas frente al mar,
solo para estar con algo tan maravilloso,
pero nunca me enamoré del mar.

Nunca me hubiera atrevido a imaginar que tal vez el mar pensaba en mí. 
 
Disfrutaba el frío en las madrugadas,
y la primera luz del sol,
sin pensar en invitarlos a salir.

Solo me alegraba que existiera.
Y nunca pensé en enamorarme de él.

O quizá, nunca supe darme cuenta de que ya lo estaba.

martes, enero 28, 2025

Soft

Soft y calladito
entre mis manos
(y en otros lados).

Aprendí, en ausencia de ruido,
a desear esto.

Poco a poco,
dentro de algo
que no era silencio.

Y poco a poco,
te olvidaré.

Y tal vez, algún día,
si tengo suerte,
seré también
delicada y calladita
(en otros lados).