Dobla hojitas de su novela favorita,
origami, para armase un ramo.
Así personitas y palabritas aliadas
la acompañarán hacia lo desconocido.
Con un hilito casi transparente une flores a su vestido;
gardenias y orquídeas de tela blanca.
Inconsciente, agrega una por cada hombre olvidado.
Automático reflejo de las matemáticas del después.
Llevará zapatitos nuevos y azules, el miedo prestado.
Llevará todos los días que le quedan
comprimidos en dos lágrimas.
Llevara ojos marrones, herencia de su padre.
Así empieza y termina, continua.
Se regala completita; con tinta, con letras,
con flores, temor, calma y toques aguamarina.
Con todo lo que ama hace la caminata hacia todo lo que amará.