Que tu piel de merengue toque mi piel de jengibre.
Que tus lunares le den besitos a los míos.
Que el cabello que descansa sobre tu cuello me deje pasar,
y tus oídos me den la oportunidad de explicar mis necesidades.
Caminos, inaugurados por otros, serán mi ruta de media noche.
Que tu espalda se erice una o diez veces,
y que mis manos aprendan, rápido, a seguir tu voz.
Que tu piel de merengue se diluya en mi boca
y que las piernas gemelas me inviten a más.
Que tus lunares le den besitos a los míos.
Que el cabello que descansa sobre tu cuello me deje pasar,
y tus oídos me den la oportunidad de explicar mis necesidades.
Caminos, inaugurados por otros, serán mi ruta de media noche.
Que tu espalda se erice una o diez veces,
y que mis manos aprendan, rápido, a seguir tu voz.
Que tu piel de merengue se diluya en mi boca
y que las piernas gemelas me inviten a más.