Cansada observa su té, esperando que se enfríe. Es un té blanco con infusión de mandarina y alguna otra fruta. Su cara se refleja sobre el líquido. Se pone atención, no tiene una sonrisa. Ojos sobre el líquido naranja observando a los ojos sobre el líquido naranja.
Es extraño cuando la vida te da una clase de espejo sin darte el tiempo para posar.
Piensa sobre lo lindo que sería tener a alguien a quién besar, se pregunta si eso tal vez le pondría una sonrisa casual sobre la cara; pero cuando lo considera, prefiere estar sola. Tener a quién amar es tener a quien perder y, definitivamente, perder a alguien en esos momentos sería devastador.
Una canción entra a su mente, junto con el recuerdo de ella siendo feliz en absoluta negación.
Prefiere esto, prefiere una cara seria sobre un líquido caliente. Prefiere no tener a quién besar que tener a un hombre falso. La vida no pasa en vano, y es extraño cuando los días te dan superficies accidentales para notarlo.
El vapor del su bebida llega a su nariz, sopla para enfriarla más rápido y sonríe. Le sonríe a la chica un poco más naranja y un poco más transparente. Te prometo, un día te daré todo lo que buscas, por ahora, hay que tomar un té y dejarnos de pendejadas.