Esa soy yo, rota antes y ahora siendo pegada.
El conejo de cerámica que perdió su cabeza y ahora es sostenido con fuerza por manitas diminutas.
Ese soy yo, el momento en el que el pegamento sigue líquido y debes mantener las piezas en su lugar;
un movimiento brusco y el conejo será raro por siempre.
El conejo de cerámica que perdió su cabeza y ahora es sostenido con fuerza por manitas diminutas.
Ese soy yo, el momento en el que el pegamento sigue líquido y debes mantener las piezas en su lugar;
un movimiento brusco y el conejo será raro por siempre.