viernes, marzo 26, 2004

como llegamos...

bueno pues es algo que no puedo creer... por 35 dollares. conseguimos transporte de Montevideo a Buenos Aires y regreso, hotel con 3 dias y 2 noches, y desayunos en Buenos Aires.

es barato, muy barato y por eso los 4 tarados podemos darnos el lujo de andar por aca.

besos a todos

buenos aires

entre el español y yo nos hemos comido una vaca, ensalada, papas y para rematar un helado.

samia y juan de inutiles empezaron el viaje por Buenos Aires enfermos, asi que comieron pollito. Yo no me pienso enfermar y si puedo hare que el español siga compartiendo parrilladas... despues de todos el vive en euros y no le cuestan nada.

besos a todos.

sábado, marzo 20, 2004

....ok supongo que cuenta como poema.... hummm.... mierda

lo que no se puede escribir
no se debe decir tampoco.

lo que no se puede escribir
no se deberia pensar, pero se piensa.

lo que no se puede escribir duele:
te roba de las noches,
te ausenta de los días.

lo que no se puede escribir
no se logra cambiar nunca

lo que no se puede escribir
se sigue hilando dentro de los pulmones
hasta que logra cerrarlos.

miércoles, marzo 17, 2004

cosas de nena...

por primera vez en mi vida, estoy pensando que tal vez escribir no es lo mejor.
puedes lastimar a alguien, te pueden lastimar. y aparte a veces no se entiende.

es raro, quienes entran acá pueden leer muchos de mis pedos y cosas que siento. pero deben entender que lo aquí escrito no son TODOS mis pedos y sentimientos. y en verdad, con mis escritos no quiero lastimar o hacer de menos a nadie. Tan solo había tratado de ser lo más honesta posible.

supongo que las cosas tendran que cambiar. (lo siento por este post, la verdad ando triste y un tanto molesta... cosas de nena)

domingo, marzo 14, 2004

resaca, pingüinos y ozono

Tremenda resaca que tengo. Y estoy en Montevideo. Supongo que este clima solo lo hace la falta de ozono en la capa. Supongo que esta resaca solo la hace el vino suelto. Tal vez nunca más seré tan feliz. Y bueno (diría algún uruguayo) ¿qué le vamos a hacer?

La casa tiene su silencio, que realmente es un ruido tranquilo de tres o más conversaciones (pero acá es lo más callado que llega a estar). El viento está fresco. Mi cabeza está por explotar. Las plantas en el sur son más verdes que en el norte. Ellos tiene pingüinos y nosotros osos polares. Ellos tiene pingüinos y tienen una manera distinta de ver la vida.
Yo tengo osos polares y crema de maní. Los dos tenemos mcdonals, y ni al sur o al norte le gusta.

No tengo radio pero tengo una computadora con problemas de creatividad. Ahora tengo a mi panda que me tuvo que esperar por un semestre en Tijuana. Duermo con él y creo que el clima le gusta, el clima sin su capa de ozono y con el viento que tocó también a los pingüinos.

Ellos tienen tuco que les hace su madre. Yo tengo mis llamadas de larga distancia y tengo correos electrónicos que debo leer. Todos al final tenemos una crisis económica. Soñé que me iba a Japón y sentía un éxtasis raro, desperté y estaba en Uruguay, de ser uruguaya sería algo común. Pero nací mexicana. Moriré mexicana también.

Veo como pasa una nube. Y me asusta, nunca había visto a una nube ir tan rápido. Estas nubes del sur no se miden.
Nací en medio de un ciclón, y si Paul no hubiera decidido atacar la ciudad de Culiacán, todo habría sido distinto. No estaría acá pensando en el cáncer de piel, en los pingüinos y en los monopolios internacionales. Aunque la de tocino no es Tan mala. El panda capaz no sería mío, aunque tal vez si tendría igual una resaca horrible.

Pronto tendré un psicólogo. Nada grave. Supongo que es señal que estoy convirtiéndome en un adulto, tiempo de culpar a alguien. Terapia.

El psicólogo me va a preguntar ¿por qué has venido?
¿En donde me siento? le voy a contestar.
Y empezaré a repartir culpas. Dos para Paul, una para él, una para ella. Y solo las pocas que queden serán mías, mismas que luego dejaré en el testamento a mis hijos. Una sociedad en evolución. Cultura diría el oso. No el panda sino aquél investigador de Tijuana.

Los pandas no son osos diría el otro dueño de mi panda. El panda es un pajero diría Armando.
¿Por qué has venido?
¿En donde me siento?
No sé que le diría en caso de ya estar sentada. Tendré que pensarlo, fuera del alcance del sol sin ozono y del viento con pingüinos que mueve absurdamente rápido a las nubes de Uruguay.

martes, marzo 09, 2004

lo que logré escribir en el aeropuerto...

Estaba llorando y de repente vi a un avión despegar, al principio era una animal de metal y tornillos, soldaduras y pintura; pero se empezó a alejar y se fue convirtiendo en un sueño. Poco a poco desaparecía y lo único que dejaba a la vista eran esas dos luces.

Esas dos luces que te avisan que es un avión, que no es un ovni.
Esas dos luces que siempre me hicieron pensar en la persona afortunada que podía ver hacia abajo desde la ventanilla.
Esas dos luces a las que yo solía mandar besos pensando que era el avión en el que viajaba mi padre.

Desde niña quise volar, cuándo no me crecieron ala como yo esperaba, decidí que sería piloto o aeromoza... cuando me enteré que se necesitaba por lo menos 165 cm para cualquiera de las dos profesiones me desilusioné. Con lo último de dignidad que me quedó decidí ser pasajero.

Quisiera no tener que tomar este avión. La última vez que la vi, hace 15 minutos, mi madre escondía que iba a llorar, yo también.

Es verdad que no quiero irme, esta vez no quiero volar, porque realmente ha perdido el sentido.

De norte a sur de sur a norte.

Los minutos en el aeropuerto son eternos, sobre todo cuando no tienes ni idea de por qué te vas.
Armando me va a regañar por escribir esto, porque dice que debí haber tenido las cosas claras antes de tomar la decisión, y supongo que tiene razón.

Mi estómago me duele.
Mi hermano fue el único que me vio llorar hoy.

Me veo ridícula, traigo dos mochilas estúpidamente pesadas porque a Samia le decidieron mandar litros de salsa, tengo los ojos hinchados, los tenis desabrochados y traigo puesta una sudadera de Armando que me queda grande porque yo soy chica y él no.
Tengo al panda en los brazos y escribo en una libretita de Mickey, aparte de absurda me debo ver como de 15 años. Lo cual no es tan malo porque los demás pasajeros me dejan en paz.

Me vi en el espejo y me veo asustada. Un guardia de seguridad me preguntó cómo se llama el panda. Se llama safety blanquet, se llama almohada, se llama un pedazo de México.

Acaban de gritar ¨Ama!¨, no era para mi, lo sabía; pero aun así no puede evitar que mi corazón diera un salto y luego se encogiera de dolor. Supongo que todas las chicas queremos esa escena final de las comedias románicas. Supongo que quiero llegar pero no me quiero ir (lo cual resulta difícil).

Primero Clase Premier y luego de la fila 1 a la 6. Gracias a Dios yo estoy en a fila 16. puedo esperar, todavía algo se puede quemar. Podría vomitar y empezar a convulsionarme.
Pasajeros de la fila 7 a la 30.
16F ventanilla, algo bueno si quieres ver el cielo y recordar que estas volando, malo si quieres ir al baño; pero yo no quiero ir al baño, quiero ir a la cocina y sacar una Tijuana para tomarla mientras espero que alguien llegue de visita y así poder contarle que no me fui.

El panda se llama Dany.

Y así despegué, lo que se veía como concreto y tierra rápidamente se fue convirtiendo en un sueño. Un sueño de una ciudad. Un sueño del que todavía no quiero despertar.

patéticamente yo soy el ser que esta llenando el ambiente de lagrimas, normalmente ese es el papel del niño de brazos. Soy patética y estoy más triste de lo que he estado en mi vida.

jueves, marzo 04, 2004

brasil

es increible, nada mas sales del aeropuerto y ya hay un olor a coco. Brasil es raro, y muy hermoso.

y bueno NOTICIAS. recuerdan todo lo que vengo contando de que me quedo en Uruguay... ji ji ... pues traten de ir olvidandolo. asi es, vi a mi familia, vi a mis amigos, vi a mi mexico y a el no tanto mio pero aun ahi San Diego. y no pude. no pude.

sip, asi es. la cague. no solo me cai con la piedra que todo mundo habia visto frente a mi, sino que me di vueltas en el lodo y no de una manera sexy...

pero que le puedo hacer.

besos
Ama

Cuando andábamos

Mientas andábamos pensé que ambos mirábamos el cielo, buscando arcoíris, viendo las nubes con forma de cachorros.   Pero tú observabas mis p...