sábado, mayo 10, 2025

20, 000 Raspatitos

Mi hermano se pedía un sundae, de esos monstruosos con helado, plátano, chocolate y nueces.

Costaba 22 pesos. Yo nunca entendí su afán; supongo que, para él, era simplemente vivir la vida al máximo. Pero para mí, era una ecuación absurda: mucho antes de terminarlo ya estaba empalagado, los sabores se mezclaban, y el plátano acababa triste, todo revuelto.

Después de pedir ese ridículo sundae, mi mamá volteaba y me preguntaba qué quería yo.

—¿Me hubieras comprado eso? —le preguntaba yo.
—¡Claro! ¿Quieres uno? —contestaba toda llena de amor.
—No. Quiero 22 Raspatitos.

Y mi madre me veía, aterrada.

Mi lógica era simple: si me iba a comprar 22 pesos de esa aberración, entonces podía comprarme 22 Raspatitos de a peso. Me daban tres bolsas: una con 7 de limón, una con 7 de uva, y una con 8 de grosella.

Siempre he recordado esta anécdota desde mi punto de vista: criticando la elección de mi hermano, cargando orgullosa mis bolsas de Raspatitos, triunfal.

Pero ahora que soy madre, a veces lo veo desde los ojos de mi mamá.

Un hijo con un helado gigante derritiéndose por todos lados; otra con tres bolsas llenas de raspados de colores y una cara de arrogante satisfacción.

Mi pobre madre.
En medio de todo, pagando demasiado por la sencilla idea de invitarnos un helado.

Feliz día de las madres, mamá.
Gracias por esa vez no dejarnos notar tus sentimientos.
Gracias por cargar con nuestras locuras y deseos.
Te quiero mucho, eres como una bolsa con veinte mil Raspatitos.

jueves, mayo 08, 2025

Si Dios quiere.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando decidas que quieres verme
y vengas.

Pensar en un destino,
en todos los posibles caminos,
esperar un momento divino...
O aceptar que soy mortal,
y, si no te apuras,
un día solo me podrás extrañar.

Nos veremos cuando tú quieras,
cuando yo pueda,
cuando hagamos el plan.

Y, dependiendo de cuándo eso sea,
nos veremos casados o divorciados,
con hijos,
de día, con la luz del sol espiando,
o de noche,
sin un deseo claro.

Nos veremos cuando Dios quiera,
o cuando yo te llame...
y te sepa vender la idea.

miércoles, mayo 07, 2025

Done

Es un buen filtro, el blog. 
Supongo. 
Nada como dejar que otros vean lo que vive adentro.
Dejar que me imaginen con vida propia, 
con deseos,
con historias. 

Nada como esto para despertar el trauma en algunos.
Cuando se sienten pequeños, entonces gritan fuerte, 
o se sienten insignificantes y buscan doler. 
Como artista no vales nada,
me dijo,
le contesté: 
Ok

Y me quedé pensando en eso. 
Que limitado repertorio de humanidad. 
Creer que de mí, 
lo de ser artista 
sería el punto a criticar. 

Pero lo de ser artista me vale, 
lo siento, pequeño. 
Tengo otras cosas que me dan significado, 
y tengo veinte años escribiendo. 

¿Crees que eres el primer hombre en criticarme? 
Para nada. 
Hubo otros. 
Muchos más cercanos,
y por razones más osadas. 

Lo de “artista” no me hace. 
Mi arte está en otras cosas; 
en ser madre que ríe fuerte, 
amiga que interrumpe pero también abraza. 
En ser un humano decente. 

Un humano intuitivo y empático
que puede ver (con claridad)
que de niño alguien te soltó la mano,
te miró a los ojos
y te hizo sentir que no eras amado. 

Lo siento, diminuto hombre, 
tu tiempo ha terminado. 

martes, mayo 06, 2025

Biología

No se me da ser misteriosa.
Soy abierta,
como aquella rana de Biología.

Si quiero verte, te lo diré.
Si quiero escucharte,
buscaré cómo empezar la charla.

Te preguntaré qué harás el fin de semana
y no será por solo preguntar;
será porque quiero hacer algo
contigo.
No con un alguien. Contigo.

Te diré: quiero conocerte,
quiero volver a verte
o (si llegamos a ello)
quiero lamer tu cara.

Así, sin mucha sutileza, 
directa, porque el entre líneas se me escapa. 
Expuesta,
como aquella rana.

Hi

Hey, hi. 
Quisiera conocerte. 
De preferencia no ahuyentarte. 
 
Hey. 
Buenos días
Buenas noches

Un ya dormiré
o logré correr 6k
Charlitas pequeñas,
momentitos humanos, 
y algunas preguntas. 

¿Cómo estás?
¿Qué comiste? 
¿Qué harás hoy? 


Y mi alma se escurre en miedos.

No quiero perder tu atención 
y no sé cuánto de ella hay, 
¿Cachitos, gotas, mares? 

Holis,
¿Cómo vas? 

sábado, mayo 03, 2025

No puedo

Necesito descansar.
Depositarte aquí un rato,
Soltar la costumbre de pensarte.

Dejar de preguntarme si tus ojos son miel de abeja,
o callados como el mar,
o lejanos como los sueños,
o simplemente perfectos.
Dejar de verlos en todas partes:
cuando recién despierto,
cuando no quiero dormir.

Necesito no cargarte más.
Andar sola unos días.

Pero para eso tengo que escribirte,
darte un nombre, 
narrar lo que siento.

Y no puedo.

No tengo el vocabulario.
¿Cómo se llama una persona
con la que despiertas cada día
pero con la que nunca has estado?
¿Fantasía?
¿Solo eso?

Delirio, problema, romance, novela…
¿Cómo te escribo sin acusarme?
¿Cómo nos narro sin darme cuenta?

viernes, mayo 02, 2025

Vidrio marino

Dos veces al año nos juntamos. Nuestra pequeña tradición para acomodar planetas, historias, hombres y mujeres. 
Para lograr que todo vuelva a la escala correcta.

Se ríe a carcajadas cuando le cuento sobre el último hombre que me prometió algo. 
Hace preguntas, confundido por lo que imaginé, por lo que creo que él estaba pensando.

Él, que también es hombre, intenta darle un contexto. Pero no es como ellos, y su contexto siempre es más sano, humano, real, amigable y tierno. 
Y se nos escapan las otras personas, pero es rico dejarlas ir. No entenderlas por completo. 

Yo me espanto de sus mujeres. Qué intensas parecen cuando alguien más te las cuenta. Qué frías, atrevidas e irresponsables suenan. Intento imaginar sus formas de querer, los códigos, los miedos que las hacen reaccionar como yo juro que nunca hubiera reaccionado. 

Al menos eso me digo, que soy diferente, que al amar simplemente amo.

Pasamos horas narrando, disfrutando. Como niños en la playa que se pasean buscando caracolas, cangrejos o vidrio marino; buscamos en el pasado del otro pedacitos brillantes para guardar, momentos ridículos, amores chuecos, y seres absurdos. 

Y poco a poco se nos ajusta la vida. Nos sonrojamos por la cerveza, nos atragantamos con las burlas. Nos preguntamos si estamos bien. Y nos prometemos nunca dejar de intentarlo. 

Nos damos un beso, un abrazo, y nos despedimos. Cada uno para su lado. 

Cordialmente invitado

Una invitación formal
a pasar un rato sobre mí, 
o a mi lado. 
Puedes elegir. 

Una pequeña reserva para una mañana, 
o una noche, 
o todo un día. 
Lo que tú digas. 

Solo necesitamos estar libres ambos, 
y con ganas, relajados, 
supongo bañados (aunque no es al 100 necesario). 

Podemos pedir comida o no comer, 
tomar una siesta, hablar un rato. 
Una invitación formal a simplemente estar, 
tenerme y disfrutarnos. 


+1

 Aquí vas tú,
y en el siguiente post irá un otro. 

jueves, mayo 01, 2025

Un momentito

Pensé que te había visto, 
comiendo helado, 
pero tus ojos no se pueden imitar. 

Me dejé creer, 
por un rato. 
Estar en la misma calle, 
a segundos de saludarnos. 

Te dejé existir un momentito, 
aunque no eras, 
y nunca más serás.

miércoles, abril 30, 2025

Notitas y cigarros

No quedaba más que hacer 
así que también nos prendimos un cigarro;
como lo hacíamos de chicos, 
cuando queríamos ser sofisticados. 

Era domingo y ya todo había pasado. 
El viernes con su drama, incoherencias; 
el sábado de fiesta, manos intensas.

Estaba hecho. 
La semana empezaría a ser editada y olvidada 
con esa mañana. 

Aún con la ropa con la que dormimos, despeinados; 
un vaso con cerveza en la mano izquierda, ambos,
y el cigarro en la derecha. 
Hicimos nuestra reunión en el balcón.

Los pajaritos andaban apurados haciendo nidos. 
El tráfico ligero avanzaba sin problema, 
ruidos de ciudad que descansa.  
Mujeres con carriolas, algunos deportistas. 

Y en el balcón intercambiamos historias: 
quién llamó a quién a qué hora, 
los mensajes que fueron enviados,
las palabras exactas, los celos, las miradas, 
los chismes que fueron recopilados. 

De jóvenes, en el salón, 
todo esto lo escribíamos en notitas. 
Él le pedía a José que me las pasara, 
sabiendo que lo molestaba no ser parte de la charla.

Ahora José quién sabe dónde anda. 
No está en medio de los dos quejándose. 
Los maestros ya no nos regañan. 
Podemos hablar libres toda la mañana. 
Podemos hacerle lo que queramos a nuestras historias de la semana.