Llevaba demasiados años
de no subir
a un depa
solo para ver
a un hombre.
de no subir
a un depa
solo para ver
a un hombre.
O no lo sé.
Hay cosas que,
simplemente,
ya no recuerdo.
Ya no me importan.
Las otras veces,
los otros pisos,
las otras puertas...
no aparecen
en mi memoria.
Sube,
dice el mensaje.
Y subo.
Timbro.
(Él) abre.
Y así empieza la tarde.
Y de otras tardes,
noches,
mañanas,
que (seguro) aquí
escribí,
ya no retengo nada.